LA CERTIFICACIÓN

Jaime Fontanals Rodríguez

Director Nuevos Productos

AENOR

El concepto de certificación es un término muy amplio que se usa desde hace muchos años en diversos campos, tanto en el de la sanidad, como el administrativo, el judicial y otros. Desde la visión técnica, la certificación en España tiene bastante menos recorrido; se puede decir que el año 1986 marca un antes y un después en el campo de la certificación técnica. Hasta ese año, se realiza por organizaciones sectoriales o administrativas con un alcance limitado y de acuerdo unas veces con especificaciones propias, con normas técnicas UNE o con disposiciones reglamentarias emitidas por la Administración. En el año 1986, como consecuencia de la entrada de España en la entonces Comunidad Económica Europea, se crea la Asociación Española de Normalización y Certificación con dos propósitos específicos: la elaboración de normas técnicas, es decir, normas UNE y la certificación de acuerdo con tales normas.

En el campo de la certificación y desde sus comienzos AENOR se ha orientado a dos alternativas, la certificación de productos y servicios y la certificación de sistemas. En cuanto a la certificación de sistemas hay que reseñar que en el año 1987 se publican las normas ISO de la serie 9000 sobre modelos para el aseguramiento de la calidad. Estas normas han supuesto un hito muy destacable tanto en lo que se refiere a la normalización como en lo que se refiere a la certificación. Sin duda, a nivel mundial son las normas técnicas de carácter voluntario más conocidas y que adicionalmente, en sus distintas versiones, han supuesto un modelo, no solamente para la gestión de la calidad, sino también para la gestión de otros aspectos como el medioambiental, el de la seguridad y salud en el trabajo, el de la seguridad en la alimentación y el de otros muchos modelos recogidos en normas.

Las cifras de certificados a nivel mundial de acuerdo con las normas ISO 9001 han superado en el año 2009 el millón, con un total de 1.064.785 emitidos en 178 países. Estas cifras publicadas por la ISO a 31-12-2009 dan una idea de su éxito tanto en número como en alcance y en su aplicación como instrumento de gestión. También hay que remarcar que lo que en 1987 eran unas normas que se centraban en la industria manufacturera, a lo largo de los 24 años transcurridos han sido adaptadas por otras actividades como los servicios, las Administraciones, las profesiones autónomas, es decir, prácticamente por todos los ámbitos de actividad de las economías modernas.

Pero es que, además, como apuntábamos en párrafos anteriores, estas normas ISO 9001 que se basan en la mejora continua y en el ciclo PDCA, han sido un modelo al que han acudido los elaboradores de otras normas de gestión, como la ISO 14001 de Gestión Ambiental, la especificación OHSAS 18001 de Seguridad y Salud en el Trabajo, la especificación ISO/TS 16949 del sector automoción o la ISO/IEC 27001 para la seguridad de los sistemas de información, entre las más conocidas, por lo que se puede decir que es universal como referencia en la definición de cualquier sistema de gestión. ¿Qué beneficios han proporcionado estas normas para que cada día más y más organizaciones se acojan a su implantación y posterior certificación? En términos globales y de forma prioritaria hay que citar la confianza. Desde el año 1987, cuando se editaron por primera vez, hasta el año 2011 han sucedido muchos cambios a nivel mundial y una de los más destacables ha sido la globalización de la producción de bienes y la prestación de servicios. El intercambio entre compradores y vendedores se realiza hoy día entre los puntos más alejados del globo y las empresas necesitan una presentación que dé confianza a los compradores, y esa presentación es la certificación de acuerdo a normas de carácter mundial que son entendidas por todas las organizaciones en los distintos países del globo.

Adicionalmente, en una situación de crisis como la actual, la confianza se constituye en un valor refugio que da una seguridad a todas aquellas empresas que pueden ofrecerla y por tanto la necesidad de la certificación se ve incrementada.

El rápido crecimiento de los países emergentes, como China, India, Brasil, etc., y el cambio de ser países claramente importadores a ser países también exportadores es otra de las causas que han llevado al incremento de la certificación. Las organizaciones de estos países necesitan aportar a los mercados no solamente precios competitivos sino también confianza en la calidad de sus productos y servicios, entendida esta calidad desde el punto de vista más amplio. Tanto es así que hoy en día el país que tiene más certificados ISO 9001 es China.

El éxito de las normas de gestión y de su certificación ha llevado a una traslación desde certificaciones generales a certificaciones de carácter más específico; por eso frente a situaciones como el cambio climático surgen normas concretas, como la serie 14060 en relación con las emisiones de gases de efecto invernadero, o bien, la preocupación por la energía que da lugar a la norma ISO 50001 de Sistemas de Gestión Energética; pero también se ha pasado de normas de calidad de carácter general como la ISO 9001 a normas de carácter específico para determinados sectores como la ISO 13485 para productos sanitarios. Es decir, se entiende por parte de las organizaciones que la certificación es una herramienta muy útil y de ahí se desprende que estas organizaciones se hayan dirigido a los organismos de normalización para que se elaboren normas de carácter particular que recojan sus problemáticas específicas y se puedan certificar posteriormente con respecto a las mismas.

¿Con qué panorama nos enfrentamos ahora? Pues, a todos los niveles, las organizaciones se encuentran con una amplia variedad de normas que proponen modelos, formas y metodologías para gestionar aspectos de calidad, medio ambiente, seguridad, responsabilidad social y otros. Ante esta situación las organizaciones deben saber seleccionar aquellos modelos que tienen más utilidad para llegar a solventar su problemática y a integrar los distintos modelos de gestión en un modelo único que les permita simplificar el cumplimiento de los requisitos de las distintas normativas. Realmente, esto es lo que están haciendo ya muchas de ellas: integrar en un único sistema de gestión todos los requisitos de las distintas normas, lo cual, además de simplificar su gestión, les ha servido para cumplir en muchas ocasiones con reglamentaciones de carácter obligatorio.

Por tanto, a la vista de lo acontecido en los últimos 25 años, considerando cuáles son las problemáticas sociales y de mercado y teniendo en cuenta la globalización cada vez mayor en cuanto a las interacciones e interrelaciones a nivel mundial, es seguro que la demanda de la certificación no solo se va a mantener sino que va a seguir creciendo, es decir, certificación seria y rigurosa que vaya más allá del simple hecho del certificado para incidir de una manera decisiva en la mejora de las organizaciones.

Jaime Fontanals Rodríguez

Director Nuevos Productos

AENOR


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