Variables objetivas y subjetivas del marketing

Este módulo que hemos realizado comenzó dándonos distintas definiciones de Marketing. La más idónea, bajo mi punto de vista, señalaba que el “El Marketing es un conjunto de actividades implícitas y explícitas que reconocen las necesidades del cliente y orientan la definición y el flujo de bienes y servicios hacia la satisfacción, logrando simultáneamente la conjunción de los objetivos propios de la organización”

Para conseguir este objetivo, el marketing establece una serie de variables para ser analizadas y planificadas (marketing mix), de tal forma, que se consigue la máxima rentabilización de la empresa junto con la mayor satisfacción, tanto en calidad como en cantidad, de los clientes.

De todas estas variables que hemos estudiado: producto, mercado, canales de distribución, promoción de ventas y publicidad; se podría hacer una distinción entre variables objetivas y subjetivas. Aquellas que claramente están orientadas a la propia actividad empresarial como: calidad del producto, reducción de costes en su producción, determinación de clientes potenciales, etc, se podrían definir como variables objetivas, en cuanto a que nuestro éxito, en término de rentabilidad empresarial, dependerá de la calidad y nuestro esfuerzo innovador de nuestro producto, de nuestra habilidad para encontrar nichos de clientes potenciales, de nuestra capacidad y estrategia de reducir costes, etc; pero siempre adaptándonos a la situación real de mercado. Esto nos va a dar un valor y un precio objetivo a nuestro producto.

A partir de aquí, se desarrollan las actividades de informar de la existencia de nuestros productos a nuestros clientes. Tenemos que convencer que nuestro producto es el que más va a satisfacer sus necesidades con el menor coste; en definitiva, tenemos que estimular la demanda de nuestro producto. Para ello, las variables que ahora le tocan entrar en juego son: la promoción de ventas y la publicidad. Si estas variables persiguen estos objetivos descritos de informar de la existencia de nuestro producto para satisfacer su demanda de la forma más eficaz posible, estaríamos aún hablando de variables objetivas; incluso si con nuestro producto estuviéramos generando nuevas necesidades en los clientes que antes, ni tan siquiera se planteaban, pues, en este caso, estamos hablando de uno de los mayores logros del marketing: extender el progreso a todas las partes del mundo.

Pero ocurre que estas dos últimas variables son muy distintas a las del resto del marketing mix. Estas dos herramientas son tan poderosas que, a diferencia de las del resto, éstas no tienen que adaptarse a la situación real del mercado, todo lo contrario, ellas son capaces de influir en él hasta tal punto que son capaces de dar a nuestro producto un excedente de valor y precio del que realmente posee. La publicidad juega con nuestros deseos y nuestras emociones, en definitiva, con nuestra irracionalidad. Además, es muy difícil desenmascararla y regularla, porque el precio al yo estoy dispuesto pagar por un producto solo lo determino yo. Por esta capacidad que tienen estas variables en dar un precio subjetivo a un producto se podría decir que son variables subjetivas.


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