La diferencia es la actitud

Tras leer las entradas en este blog escritas por algunos de mis compañeros, coincido en muchas de sus reflexiones sobre el entorno laboral en el valle o sobre cómo se gestionan las personas de manera tan diferente a cómo se hace actualmente en las empresas españolas. Algo que deberíamos empezar a cambiar poco a poco para crear ambientes menos jerarquizados donde se involucre más a todos los trabajadores en la toma de decisiones.

Está claro que el ecosistema que se ha formado en Silicon Valley es único, dotado de grandes universidades que aportan el talento y grandes fondos de capital que tienen el dinero para invertir en las nuevas ideas. Pero si hay un denominador común a todos los ponentes que a mi realmente me ha impactado es la confianza en uno mismo. Esa capacidad de tener una idea, creer en ella y llevarla a cabo.

El ambiente que se respira en Silicon Valley es de entusiasmo. Te venden tanto su idea, como su mejor producto que es su propia persona y confían en ambas al 100%. Creo que esa es la diferencia fundamental que he encontrado con España y me gustaría empezar a aplicar.

No hay grandes diferencias respecto a los proyectos, las ideas ni siquiera los conocimientos técnicos, lo que hay es una diferencia en la actitud. No tienen tanto miedo al fracaso, por lo que no les importa compartir sus ideas ya sea dentro de su propia empresa o para fundar una nueva. Creo que eso es algo que deberíamos empezar a interiorizar, confiar más en nosotros mismo y quitarnos el miedo al fracaso, porque de toda experiencia siempre se aprende.


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