Más que palabras
Es imposible no comunicar. Me quedo con esta frase pronunciada al principio de la sesión sobre comunicación y presentaciones eficaces. La frase es el principal axioma de la Teoría de la Comunicación de Paul Watzlawick y si lo piensas un instante, te das cuenta que es cierto.
Aunque hay matices. Buscando en internet sobre la frase y las ideas de Watzlawick he encontrado aportaciones interesantes. Como la que distingue entre el significado de las palabras que se produce de un modo voluntario (comunicativo) y el significado de los signos involuntarios que lo hace de otro modo (no comunicativo). Son dos modos distintos dentro del proceso: de comunicación y de no comunicación. Entonces ¿sí se puede no comunicar?. Lo cierto, según estas teorías, es que no todo comunica, pero sí todo significa. Y de una forma u otra nos estamos comunicando.
En realidad viene a ser lo mismo que la diferenciación entre el lenguaje verbal y no verbal del que vimos algunos ejemplos en la sesión. Pero para mí el principal matiz está entre lo que podemos controlar y por tanto comunicamos de manera voluntaria y aquello que comunicamos de forma no intencional, subyacente que revela lo que las palabras quieren ocultar. Podemos medir nuestras palabras y saber lo que queremos decir y hacerlo (sobre todo si hay una buena preparación detrás, incluidas las improvisaciones…) pero los signos, muestras de nerviosismo, temblores físicos o en la voz no podremos evitarlo.
¿O sí? La clave está en creernos lo que queremos comunicar y para que ello le llegue a los demás no sólo valen las palabras.
La boca puede mentir, pero la mueca que se hace en ese momento revela, sin embargo, la verdad.
Friedrich Nietzsche