Ver para creer

Han sido muchas las referencias a Silicon Valley desde que iniciamos nuestro máster, emblema del software, de la robótica, del big data, del crecimiento exponencial de la tecnología, y en definitiva, de la frontera del conocimiento. Pues bien, nuestro viaje a la meca de las TIC me ha servido para aterrizar algunos de estos conceptos, desmitificar algunos sueños y crear otros nuevos. Lo resumiré en cinco experiencias reveladoras:

  1. Velocidad. En Silicon Valley se mira hacia el mañana, todo parece ocurrir muy rápido y la vida media de los negocios de base tecnológica es muy corta. Cuando apenas hace unos meses se lanzaban los primeros wearables, aquí ya se promueven nuevas tecnologías como la realidad virtual o el internet de las cosas, algo que pudimos ver de primera mano en las tiendas Open House. Esto lleva consigo que las startups deben desarrollar sus proyectos a un ritmo vertiginoso para conseguir hacerse un hueco en el mercado.
  2. Un ecosistema que se preocupa por sí mismo. En un entorno que tiene las mejores universidades del país, grandes empresas de hardware y software, y financiación para emprender, cabía esperar un ambiente mucho más competitivo del que encontramos. Sin embargo, hay una clara tendencia entre los emprendedores de las startups a compartir las ideas, a escuchar a otros emprendedores para aconsejarles de manera constructiva, y a compartir recursos y contactos para favorecer el éxito de todos. Parece que más allá de los objetivos individuales también hubiese uno colectivo de seguir manteniendo el estatus del valle.
  3. Una burbuja sobrevuela el valle. En la última década se han creado miles de empresas en Silicon Valley, el efecto Google y Facebook ha hecho que los principales fondos de capital riesgo especializados en tecnologías de la información pongan todo su foco en este lugar. La búsqueda del próximo unicornio obsesiona a los inversores de la zona, y el modelo de inversión se centra, en gran parte, en compañías con relación directa con el consumidor (B2C). Esto se traduce en que las empresas de más de 100.000 usuarios se financian relativamente bien sin importar mucho los contenidos, lo que ha llevado, según el fundador de Propelland Hugo Giralt, a una ganancia neta cero para los inversores en los últimos 15 años. Muchos emprendedores dan esto por hecho pero tampoco parece importar demasiado. Algunos indican incluso que es necesario que estalle esta burbuja, ya que muchas empresas no consiguen generar el valor esperado y es preferible que se caigan, y financiar nuevos negocios con mayor potencial.
  4. Las ideas son el 5% del éxito del proyecto. Ha sido recurrente a lo largo de nuestra apretada agenda este mensaje. Pablo Pantaleoni de Medtep recalcaba la importancia de la capacidad del equipo promotor de ejecutar un proyecto en tiempo y de escalar para llegar al mercado lo antes posible. En muchos casos el capital riesgo no presta ni siquiera atención a los planes financieros de las compañías, si no al knowhow del equipo, lo importante es llegar los primeros.
  5. No hay miedo a enfrentarse a cosas nuevas. Fuera de programa tuve una muy grata experiencia, cuando acudí a un evento de bioprinting o impresión de tejidos y órganos en 3D en biomedicina. La charla fue en un entorno distendido con gente de todo tipo; biólogos, consultores, estudiantes de bachillerato, ingenieros de software y emprendedores. A pesar de la disparidad de los asistentes todos ellos tenían un objetivo común, el interés por el conocimiento, por saber más de un sector que desconocen y, sobre todo, por tratar de contribuir en lo que podría ser la nueva era de la medicina. Si lo comparamos con una charla sobre ese tema en España, lo más seguro es que el nivel técnico hubiese sido mucho mayor, se hubiera impartido por algún catedrático rodeado de grandes científicos del gremio. Sin embargo, en mitad de San Francisco la tecnología está al alcance de cualquiera, no hay miedo por conocer cosas nuevas, por iniciarse en proyectos sobre los que se desconoce en gran parte. Si hay interés por alguna materia se puede aprender, crear una red para compartir experiencias e ideas sobre el tema y, por qué no, si hay posibilidad emprender nuevos negocios.

Desde España no vamos a competir en salarios ni nivel inversión con Silicon Valley, pero parece que algunas  de las claves del éxito no tienen tanto que ver con la financiación, como con la forma de entender el negocio, la capacidad de ejecución en tiempo y la autoestima con la que enfrentarse a nuevos retos.

Una de las ideas principales que traigo en la maleta de vuelta es la de elegir los proyectos, bien sea emprendiendo o en el propio trabajo, teniendo en cuenta en primer lugar a las personas con las que compartir las nuevas iniciativas. La importancia del equipo ha sido el denominador común de todas nuestras visitas, y ahora tendrá un peso importante en mis decisiones de futuro.

Imagen de espacio Techshop - San Francisco - EMBA Study trip 2016

Imagen de espacio Techshop – San Francisco – EMBA Study trip 2016


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