Inyección de adrenalina para sobrevivir
Demostrada la realidad de la teoría de los ciclos y asumiendo que estamos ahora en la espiral de salida un ciclo regresivo, lleno de obstáculos y retos, es el momento de analizar los comportamientos de aquellas empresas que han navegado mejor en la dificultad, o que incluso han obtenido importantes ventajas y beneficios.
Existen inyecciones de adrenalina listas para hacer vibrar a las empresas. Silvia Leal y Jorge Urrea lo denominan “adrenalina creativa en la sangre de las organizaciones” (Ingenio y Pasión). Dejar de practicar la inyección de adrenalina es apostar por el pasotismo y la enfermedad agónica.
Las inyecciones de adrenalina que con más éxito se han practicado en este ciclo se pueden concretar en cinco jeringuillas, todas ellas con una buena dosis de tecnología y talento.
- Productos y servicios nuevos o diferentes, lo que ha sido posible gracias a la creatividad. Las organizaciones creativas han sabido conquistar cuotas de mercado nuevas y ofrecer sus productos y servicios con fórmulas comerciales atractivas. Ha supuesto un gran paso adelante que no tendrá retorno en los ciclos de abundancia. Este proceso se ha consolidado el mismo que día que vio la luz.
- La calidad por encima de todo, no vale. Este criterio ya existía. Ahora se produce un nuevo modelo de calidad a través de la innovación, es decir, de la aplicación de todo aquello (nuevo o no) que incremente valor al producto o servicio. La innovación se ha convertido en el nuevo credo. Una fuerza revolucionaria imprescindible. La innovación al poder.
- Ampliar el abanico de clientes, acudir a nuevos nichos, nuevos mercados, ha supuesto un revulsivo para muchas empresas. La internacionalización ha sido (desde mi opinión) la mayor ventaja y la mayor lección de la crisis. Las empresas que han apostado por la internacionalización han encontrado un mundo dispuesto y ávido. Tener al mundo por cliente no tiene límites.
- La exigencia de la competitividad ha obligado a revisar los modelos de gestión de las empresas. La ciencia clásica del management se ha revolucionado a favor de la eficiencia. Mejorar el cocktail de recursos para ser mejor y más barato ha sido y es una obligación y un objetivo del nuevo liderazgo. Los directores han dejado su cómodo sillón y lo han cambiado por un banco de madera.
- La marca, la imagen, la mejor distribución y el layout han permitido el mejor conocimiento de los productos y servicios por parte de los clientes. La comunicación es clave. Acceder a los procesos de toma de decisiones de la demanda y permanecer en la memoria hasta hacerse parte de su ADN ha sido la llave del éxito de organizaciones que hace unos años nadie conocía. A lo mejor ni existían.
Todo ha cambiado, todo cambia y todo cambiará. Es la era del movimiento. Economía y empresa en plan evolución. Imparable, constante, diaria y lista para su consumo.