Ayudando a emprender III. Capital Riesgo
Quizá la forma más conocida de ayudar al emprendimiento dentro de su propio ecosistema sea la financiación de los proyectos a través de la fórmula del Capital Riesgo.
Para Alejandro Olaya y Mayra Vieira, el capital riesgo consiste en aportaciones permanentes de capital, realizadas por una sociedad inversora que toma una posición minoritaria en la sociedad o negocio receptor, sin la intención de perdurar indefinidamente en el grupo de accionistas.
Alguna de sus características son:
- Es un instrumento de financiación que permite a los proyectos que se están iniciando nutrirse de los recursos necesarios para su desarrollo.
- La sociedad inversora cuida de su aportación tomando una posición accionarial, sin voluntad de permanencia, pero con necesidades de permanecer hasta que pueda recuperar el volumen arriesgado y éste sea debidamente retribuido.
- Puede ser un canal muy útil y rentable para encauzar el exceso de ahorro de los inversores. Sus clientes son, normalmente, pequeñas o medianas empresas.
- Aunque se encuentra asociado en la mayoría de los casos con proyectos tecnológicos, no es una herramienta exclusiva de ellos.
Su gran diferencia con el capital semilla radica en el volumen económico que se arriesga, en el seguimiento societario de la inversión, en el tiempo de permanencia en el proyecto y en la naturaleza del inversor, ya que en este caso va mucho más allá del pequeño inversor que quiere colocar una pequeña cantidad de su ahorro.
Las sociedades de capital riesgo buscan crear bolsas de inversores, diversificar su inversión para multiplicar el riesgo y gestionar sus aportaciones en terceros proyectos. A veces estas sociedades llegan a ser tan grandes y a tener tanto peso en el ecosistema de emprendedores y pymes que se hacen imprescindibles. Otras veces adquieren tal tamaño que terminan cotizando en Bolsa.
Aunque parezca que el concepto es contemporáneo, no es así. El capital riesgo nace en el siglo XVI cuando los barcos españoles zarpaban rumbo a América para obtener allí botines y tesoros. El capitán del barco antes de iniciar el viaje pujaba para que ricos y hacendados inversores y otros comerciantes pusieran dinero en la aventura, a cambio de repartir entre ellos, a la vuelta, el 80% del botín (el 20% quedaba para el capitán y la tripulación).
Años después se replicaría de manera casi idéntica este concepto para poder llevar a término grandes producciones cinematográficas en el Hollywood más esplendoroso. Y actualmente se vuelve a replicar. Algunas grandes compañías de Capital Riesgo como Kleiner, Perkins, Sequoia, Aceel, Benchmark o A16Z han servido para ayudar al lanzamiento de empresas o negocios tan emblemáticos como Google, Facebook, Twitter, Linkeding, Uber, Skipe o Airbnb.
En la nueva economía el Capital Riesgo es sinónimo de búsqueda de altas rentabilidades, su expansión está también unida a negocios, territorios o actividades en vías de desarrollo y su futuro más o menos seguro en la medida que la nueva sociedad nacida de la era de la globalización siga evolucionando a velocidad supersónica.