FABRICACIONES MASIVAS: UNO ENTRE UN MILLÓN

Acabo de nacer. Soy un fantástico reloj. Mejor dicho soy una copia de un fantástico reloj. En verdad una mala copia de un fantástico reloj.

Abro los ojos y miro. La persona que me ha fabricado es joven. Muy joven. Demasiado joven.

De pronto me doy cuenta de que en el lugar en el que estoy hay cientos, hay miles como yo. Todos somos relojes. Relojes iguales. Bruscamente nuestro suelo se mueve y poco a poco caemos en unas cajas. Nos ordenan. Nos aprietan en estuches y nos etiquetan. Estamos quietos en cajas muy grandes y nos llevan de un lado a otro. Viajamos. A veces en barco. A veces en avión.

Llevamos un apellido que no es el nuestro. No tenemos identidad. No sabemos dónde hemos nacido.

Pasa un tiempo y me destapan. Veo gentes raras y desconocidas. Me limpian un poco. Me aprietan una chapita con una cifra. Me exponen en un escaparate. Pasa un poco más de tiempo y también paso a otro escaparate. Otra chapita y otra cifra. Esta es una cifra más elevada. Así dos o tres veces más.

Es aburrido pero es mi vida. Yo sigo funcionando rítmica y sistemáticamente, con exactitud matemática. Por eso soy un reloj. Mi monotonía se rompe cuando de pronto me arrancan la chapita, me borran la cifra y paso a formar parte de la muñeca izquierda de alguien. Ya no estoy en el escaparate. Me han comprado. Una nueva vida para marcar las horas de mi nuevo amo.

Vivo en su muñeca, pero en seguida me doy cuenta de que estoy cansado. Me paro. Para cargar fuerzas me ponen un nuevo corazón en forma de pila, y otra vez funciono bien. Sigo marcando las horas. Al mínimo golpe se me cae una manilla, o se rompe mi correa o algo me falla por dentro. De nuevo me paro porque sí. A mi amo le oigo gritar y decir que no sirvo para nada.

Se desprende de mí y me tira a la basura mientras oigo que dice: “Era bonito y parecía de verdad. Ha funcionado bien durante unos días pero en realidad es una porquería. Total, para lo que me ha costado…”.

Y mientras caigo a la basura recapacito y pienso: Sí, soy un reloj y soy chino o coreano. A partir de ese momento dejo de existir.


Algo más sobre los líderes empresariales

A las personas se las conoce y reconoce por sus comportamientos observables. Ellas actúan mientras otros, los demás, observan y aprecian sus formas de hacer. Ya está suficientemente contrastado que los líderes empresariales, para que realmente sean percibidos como tales tanto en sus organizaciones como en los entornos sociales o económicos, necesitan demostrar algunos comportamientos que son imprescindibles aunque no estén escritos en ninguna ley. Veamos algunos:

La frase “practica lo que predicas” ha sido atribuida a varios autores. Adam Lieberman la utilizaba en su “Lección de vida”. Jane Austin (De la teoría a la práctica), Scott Riter, Alex Finder… incluso Francis Bacon decía: “practica lo que predicas si quieres prolongar la vida.”

También la responsabilidad es imprescindible. Este valor hace que un líder se convierta en un alguien excelente. Responsabilidad vivida y sentida pero no como una losa que le impida o limita, sino como estímulo que como si fuese una vitamina, purifique y fortalezca el liderazgo.

Estrategia para dar sentido a la organización o al negocio. Estrategia como herramienta de la sostenibilidad. Estrategia como solución de problemas y como proximidad al éxito.

La estrategia o mejor dicho la visión estratégica son un seguro de vida, un aval de permanencia para la organización cuyos beneficiarios serían todas las stakeholders, comenzando por los trabajadores de la empresa. Nada es fácil. Nada es seguro.


Prácticas creativas

Las prácticas creativas nos dan una oportunidad para llamar la atención de clientes potenciales, fidelizar a los clientes reales, estimular a  los proveedores, posicionarnos social y comercialmente en el grupo de los más avanzados y adquirir valentía en el planteamiento productivo o en la prestación de nuestros servicios.

Las prácticas creativas siempre han sido útiles y más en la sociedad actual, que al margen de ser la sociedad más avanzada y cambiante de la historia, tiene a gala hacer de la creatividad uno de sus credos esenciales. Si las prácticas creativas son una estrategia o una forma ordinaria de trabajar, estaremos ante empresas “ingredior” que fundan su cultura en el pensamiento avanzado, en ir por delante, en conquistar el futuro.

Las prácticas creativas manejan la técnica clic, la nube, las opiniones de las redes, lo intangible abstracto pero al tiempo la voluntad concreta y concisa, la autoestima y sobre todo el cerebro reticular. Los impulsos se vuelven cuestiones prioritarias  y la organización se convierte en un caos semi controlable.

Es sabido que hoy el buen paño ya no se vende en el arca. Hay que salir a enseñarlo con la habilidad y las ventajas competitivas que proporciona una comunicación acertada. Para ello, hay que acompañar a las prácticas creativas con la guarnición que muestra a cada stakeholders lo que significa y lo que se puede alcanzar. Solo así las prácticas creativas facilitarán la socialización y humanización de la marca.

Precisamente la humanización de la marca nos ha enseñado lo importante del escaparate. Mostrar lo que la empresa hace y cómo lo hace. Dice el gurú: hagas lo que hagas compártelo, comprueba el interés que despierta y no te pares. Por eso es cada vez más importante que los resultados de las prácticas creativas sean directos, concretos, fáciles, disponibles, útiles y generadores de valor. Llevando este criterio al punto N, no existirá nada tan necio como crear y poner en práctica una filosofía basada en las prácticas creativas para obtener resultado cero. El refranero español pregunta: ¿Qué has hecho hoy? Y responde: nada, pero muy deprisa.

En el deber y haber de las prácticas creativas se puede confirmar que pierden importancia y por lo tanto están en el debe realidades o criterios que hasta hace muy pocos años serían esenciales: la distancia, la puesta en práctica de un modelo de calidad, la respuesta uniforme a las necesidades de los clientes, las normas ISO, las jerarquías organizacionales, la seguridad de los proveedores o mil cosas más. En el haber han de figurar: la importancia del entorno, la capacidad de respuesta, el incremento de valor individual, la posibilidad de desarrollos futuros, la emoción, la satisfacción o el equilibrio interpersonal.

Como se atestiguaría desde la P.N.L: Dedica un trozo de tu vida (personal y profesional) a las prácticas creativas, te sentirás más joven y más eficiente.


Una visión estratégica de la formación

Las empresas (de cualquier tamaño) saben que el mayor esfuerzo estratégico con cierta repercusión en el futuro pasa por las personas de la organización y, concretamente, por el desarrollo de sus capacidades personales y profesionales. Con esta visión, la formación es una herramienta estratégica de alto valor.

Aquellos empresarios que piensan que la formación representa un gasto inútil en lugar de una inversión rentable, que ven en los empleados que se han formado un riesgo de posibles abandonos o nuevas exigencias en lugar de gestionar su potencial, se equivocan tan severamente que dañan la competitividad e hipotecan el futuro.

Desde una visión estratégica, la formación:

Sin embargo, formar por formar no tiene sentido. La formación ha de tener una finalidad concreta. Ha de integrarse en un esquema pensado, equilibrado y técnico que permita no solo cubrir las carencias detectadas sino mejorar los puntos fuertes. Es en este concepto en el que quiero profundizar.

Los empresarios o los responsables de la formación en las organizaciones saben (o han de saber) que nadie es capaz de hacer bien todas las cosas. El don de la perfección integral no existe. Es mucho más importante y más rentable mejorar lo que hacemos bien, para poder hacerlo de manera excelente, mejor que los demás. Llegar a diferenciarnos por ser los mejores en algo.

La formación ha tenido más éxito cuando se ha planificado desde la gestión del conocimiento y mucha menos eficacia cuando se ha implementado a través de un programa general (café para todos). Los métodos de desarrollo formativo, sea cual fuere el elegido, tienen que tener en cuenta que la pluralidad de las ‘formas sustantivas individuales’ son el mejor sistema de transportar el conocimiento al quehacer de todos los días. Esto solo se consigue si se cumplen algunos principios que autores y profesionales consolidados (Peña, Bazton, Albert, Peñalver, Jiménez, Gasalla, entre otros) comparten y que podemos resumir:

Merece la pena tener siempre presente lo que Alejandro Hale expresaba en su obra Summa Theologies: «Formar es una vocación, una profesión, un destino, pero sobre todo es un arte».


CONTRADICCIÓN

La contradicción es la confirmación de una incompatibilidad manifiesta entre dos o más proposiciones o realidades. Desde las contradicciones de la Biblia (101 según la leyenda) hasta las dos concepciones del mundo (la metafísica y la dialéctica) tan estudiadas y tantas veces repetidas primero por Lenin y después por Mao, pasando por el origen puro y duradero de la contradicción en la polémica entre Aristóteles (todo lo que viene de Platón es mentira) y Platón (Aristóteles tiene razón) respecto a este dicho, se ha demostrado que la contradicción es, además, un arte. El de afirmar lo contrario de lo que se está diciendo y además razonarlo.

Pongamos algunos ejemplos que todos hemos utilizado algunas veces:

Alguien afirmó muy cívicamente (Euclides) que la contradicción es sinónimo de hipocresía, aunque son palabras distintas que significan lo mismo.

El cantautor guatemalteco Ricardo Arjona expresaba en la letras de una de sus canciones: “Dime que no y estaré todo el día pensando en una estrategia para un sí”. Atribuida a San Francisco de Sales es la curiosa contradicción de las moscas: las moscas no son peligrosas por su violencia. Las moscas son peligrosas por su número. Giulio Andreotti hizo famosa una frase que encierra una contradicción que supone un ejemplo emblemático de la ambición: el poder desgasta, sobre todo, cuando no se tiene.

En la vida real encontramos contradicciones en todas partes. En primer lugar entre el deber y el querer, en la comunicación social, en los anuncios de cosas que ya han ocurrido, en el reconocimiento de capacidades que no existen o en el esfuerzo por conseguir aquello que nunca tendremos.

Quisiera destacar las contradicciones que, considero, han marcado el desarrollo social en las últimas décadas:

Hay cientos de contradicciones que pueden aplicarse a tantas cuantas circunstancias y situaciones vivamos. Sin embargo, es importante no confundir la contradicción con la paradoja, que es una extraña idea opuesta a lo que se considera verdadero en opinión general, o una proposición en apariencia falsa que encierra todo el sentido común.

La pregunta es: ¿Vivimos en una contradicción o en una paradoja? En lo más profundo la pregunta sería: ¿Estímulo o reflexión?

Como colofón, se debería citar al rey de todas las contradicciones por su hiperrealismo. Hiperrealismo histórico y hoy más vivo que nunca. Sería Paul Lafitte quien asegura que «Un tonto pobre siempre será tonto, mientras que un tonto rico siempre será rico».


REGENERACIÓN

Regeneración. Se ha puesto de moda hablar de regeneración o al menos hacer referencia a este concepto. Cien veces he oído la palabra regeneración esta semana, y casi cien veces ha sido empleada fuera de contexto o sin sentido.

En el complejo mundo que envuelve a la empresa o a los profesionales no tiene mucho sentido hablar de regeneración genética, biológica, cnidaria, mecánica, natural, de crecimiento, o de regeneración, histórica, ética o social. Merece más la pena buscarle otro significado.

Pongamos dos:

  1. Regeneración como proceso de mejora a través del cual se consigue que un sistema, una organización o una actividad sea más efectiva e importante, especialmente después de un periodo de deterioro. Dos ejemplos claros ilustran este concepto: regeneración de la economía y regeneración de la democracia. La regeneración como proceso de mejora tiene algunas exigencias:

Así se podrá pensar cómo ya a finales del siglo XIX la economía norteamericana tuvo que regenerarse. Cambio el tabaco, el algodón o el café que eran sus grandes clásicos en el mercado mundial por el arroz, el cacao o los sombreros de paja que conquistarían el sur de su continente.

En nuestro país y en el viejo continente una parte importante de la regeneración esta hoy marcada por la economía social, por los productos de rápida reposición, por la denominada fase 4 (innovación, tecnología, diseño y tiempo) o la obsesión de la comunicación, la desaparición de las distancias y el nacimiento de los espacios de referencia.

  1. Regeneración como utilización de materiales o conceptos usados y que desde una nueva perspectiva adquieren un valor actual y con frecuencia un gran valor.

Este modelo de regeneración requiere:

De la mano de la reutilización se dan paradojas maravillosas, desde el abandono de la vida cotidiana hasta el uso obsesivo del móvil, o desde el rejuvenecimiento de los tejidos envejecidos hasta las fantasías de un mundo virtual que día a día es más real y cercano.

No obstante, nada condiciona. Decimos que un político anula las medidas propuestas para la regeneración demográfica con la misma tranquilidad que admitimos que un miembro avanza en la regeneración de la estructura común de los phylam animales. Eso sí, no citemos la regeneración natural como algo natural porque eso supuso el mayor crimen jamás acometido en la historia de la humanidad.

 

 


SUAVE DIFERENCIA

Se ha escrito incansablemente sobre el arte de la negociación. Para los chinos es la técnica que identifica “conflicto-solución”. Para la tradicional Europa es un método (en muchos casos una metodología sistémica) para que “los otros” hagan lo que tú quieres, pensando que hacen lo que “ellos” desean. Finalmente, para el puro management americano negociar es un proceso mediante el cual las partes involucradas en un conflicto debaten y establecen las pautas de un acuerdo en aras a un resultado satisfactorio para ambos.

Quien negocia bien (dice el catecismo) actúa siguiendo el gráfico sexagonal de Brace Patton (Universidad de Harvard).

Quien negocia mal quiere llegar indebidamente a su destino aunque sea dejando cadáveres por el camino.

Un simil perfecto lo encontramos en la teoría del famoso barman caribeño Basil Charles (viajemos a la isla Mustique).

“Existen cocktails para la pasión, para un momento determinado, para incrementar la huida del pensamiento, para alcanzar la paz espiritual, para enamorarse o para romper el amor, para encontrar un camino de futuro, para negociar, para pactar con el enemigo o para conversar y parar el tiempo”.

Charles fue dando apellido a esos cocktail según su mejor aplicación: santo libre, caipiriña, gibón, alexander, gilnex, bronx, bullshot, vida alegre, bloody mary u otras que nada tienen que ver con “suave diferencia”.

Ron añejo y seven up (o sprite) se emparejan en suave diferencia, de maravilla, creando un escenario típico de las largas negociaciones, del entorno internacional o de la discusión de criterios lejanos al acaloramiento y a la exageración.

Suave diferencia es un revulsivo de la relación social dentro de las organizaciones. De la soledad y serenidad en los despachos o la sala de juntas o los espacios donde se discuten detalles y se concretan contratos. Todos son adecuados para cambiar la botella de agua mineral por la suave diferencia de efectos retardados.

Se respira suave diferencia en copa de balón mientras se ajusta la comisión, los plazos, las formas de pago o las especificaciones técnicas.

Según Basil Charles nunca saldrá bien una negociación en la que las partes se equivocan al pedir su bebida. Igual de mala elección es el agua como el vodka, igual de malo es un alcohólico agresivo o un “yo nada, gracias”.

Suave diferencia le elevará hacia los acuerdos como las alas elevan a las palomas”.

Y como la realidad es que se negocia todos los días, casi a todas horas y con casi todas las personas, parece que siempre es el momento oportuno de tomar una suave diferencia.

Si eres de los que piensan que la vida está hecha para disfrutar y no para penar, te tomas tu tiempo y disfrutas con la tranquilidad. Saborear el minuto con música chill-out o con una mirada perdida (o ganada) en otros ojos. Subes y eres capaz de pensar. Concretas y te alegras y piensas que mañana más y mejor, no lo dudes. Tu sabor es el de la suave diferencia.


LOS COLORES CORPORATIVOS

3. Cuidado con el color…significan muchas cosas

El color corporativo casi siempre viene impuesto. La elección del color viene dada en muchas ocasiones por la historia de la marca o de la empresa, o por las campañas de marketing y el posicionamiento. Pero hay que tener mucho cuidado (y más en esta sociedad global) porque los colores llevan asociados sentimientos, imágenes o ideologías que a la postre influyen en el subconsciente colectivo de los clientes.

Por ejemplo, el gris es un color muy neutro. Carreteras, calles y aceras son grises. Son grises también la mayoría de los sillones y asientos de trenes y aviones. Son grises las tardes de invierno en los países centroeuropeos y gris tremendamente gris la existencia que arrastran las personas grises.

El amarillo es también color del otoño. De los sindicatos profesionales acomodaticios. En muchos países el amarillo define los grupos homosexuales. En gastronomía todos los platos guisados con huevo. Pero fundamentalmente es el color gafe del teatro y ello debido al estreno en 1673 de “El enfermo imaginario”. En aquella ocasión Moliere estaba vestido de amarillo y falleció en plena representación. Desde entonces el color amarillo en la escena es sinónimo de fracaso y mala suerte.

El verde es el color de la primavera. De la naturaleza. También de la sexualidad. De las recuperaciones económicas. De algún verso inolvidable de Federico Garcia Lorca. De los quirófanos. De lo permitido y recomendable. No podemos olvidar que desde hace ya siglos el color verde se identifica con: “Viva el Rey.”

El azul es ante todo y en muchísimos países una tendencia política. Pero es el color del verano, del cielo, de la inquietud, del tiempo pasado, de la policía, del turismo, de la felicidad, del amor romántico, sobre todo del mar y de los niños recién nacidos (las niñas van de rosa).

A veces y por razones políticas, el azul se opone al rojo, que evidentemente identifica la tendencia opuesta. Rojo es el color del crepúsculo, de las urgencias, de lo riguroso, del vicio, de la violencia, de las últimas noticias, de lo importante y lo prohibido, incluso de algún teléfono. El rojo es además el color del vino. Las rosas rojas son símbolo del amor apasionado. Es el color más atractivo para los ojos ingenuos y más utilizados en las banderas del mundo.

El blanco y el negro son los dos equipos rivales de un mismo partido. Ambos llevan una carga interminable de significados tan buenos y tan malos como cada quien quiera juzgarlos. Son las dos caras de la misma moneda. Mellizos inseparables y tan distintos que al final se hacen complementarios y así podríamos seguir con todos los colores.

No es verdad el dicho japonés: “Un color una idea. Un color un significado.” Es más cierto o al menos más cercano para nosotros lo que dice nuestro sabio refranero: “Para gustos están hechos los colores.”


COLORES CORPORATIVOS

2. Escoja su color y sepa lo que significa

Identificar el color con la marca, el producto, el evento…es tener una ventaja competitiva extraordinaria. Perder esa identificación es perder parte de la identidad y la estrategia.

Vamos a exponer lo que los diversos colores representan desde una perspectiva psicológica y marketiniana. Muchos estudios avalan estas reflexiones y en todo caso el mercado internacional los ha consolidado. Hemos elegido los diez colores más utilizados que sin jerarquía alguna exponemos.

Amarillo: es reminiscencia del sol. Su perspectiva positiva indica alegría, idealismo, inteligencia, innovación, energía y valor. Desde una posición negativa puede representar egoísmo, celos, envidia o precaución. Este color no es recomendable para productos caros o de prestigio, ni tampoco para productos destinados al hombre. Tiene un definido componente político que en algunos casos le condiciona en exceso. Algunas empresas que han identificado su estrategia con el amarillo son Shell, McDonald’s, Ikea, Hertz, Kodak o Lay´s.

Azul: es el color más popular. Se relaciona con la lealtad, la confianza y la sabiduría. Es un color protector, obediente y moderado. El marketing lo ha utilizado frecuentemente para productos de limpieza, líneas aéreas, productos de frío. Su lado negativo lo encontramos en el pasotismo, la falta de energía, conformismo, frialdad e incluso rigidez. Ejemplo de empresas que lo han utilizado: Dell, Nívea, Ford, Oral B, BP, Facebook.

Blanco: color de la novia, representa ante todo pureza, limpieza, voz popular, salud y niños. Desde un punto de vista negativo es un color neutro que no aporta nada, combina con todo y le falta alma. Sin embargo es un color muy utilizado. Sirvan de ejemplo, que ha sido escogido por Chanel, Ibercaja, Gaines, Blanco, Sias, Capicua o UPNA.

Gris: es el color intermedio, en lo discreto pero también en lo elegante. Es un color que puede pasar desapercibido, algo mezclado y tímido. Sus aspectos comerciales se identifican con productos de calidad, alta gama y tranquilidad. Una variante es el “pez plata”. Este color resulta fundamental para idear típicos productos de consumo diario, unidos al hogar y al trabajo. Quizás Apple, el mayor representante de esta gama. Otras podrían ser Ako, Exal, Secotel, Adobe.

Magenta: el color del mundo y del entorno femenino. Especialmente se empareja con el impulso, lo práctico y lo inconformista. Su vertiente negativa indica que no es un color puro y es secundario. Roba protagonismo y roba energía. Es curiosamente el color corporativo de los líderes en sectores T. Sistems. Algunas empresas que han utilizado este color son: Egno, Nova, Agatha Ruiz de la Prada, Mitume o Gazte.

Marrón: simplicidad. Color terrenal. Representa criterios de honestidad, es fiable, cercano y realista pero sobre todo indica trabajo y esfuerzo. Aunque sea del mismo color, la sociedad prefiere usar el nombre de moka. Desde una perspectiva negativa es un color secundario, que se queja, que no sobresale y que se pierde. La suciedad. Entre las empresas que han utilizado el marrón se encuentran: Bankia, UPS; Nestlé, Wextel, Henry´s y Simply.

Morado: es sofisticado y misterioso. Destaca por su elegancia, creatividad, serenidad, innovación, lujo y ambición. Los aspectos menos positivos se concretan en su individualismo, extravagancia y exclusividad. Son ejemplos típicos los utilizados por Yahoo!, SyTy, Wonka, Mobile, Welchis y Hall Mark.

Naranja: color que brilla. Es joven, creativo, valiente, busca y atrae retos, es competitivo, motivador. Representa el entusiasmo. Sin embargo puede resultar excesivamente agresivo, extravagante y quizá ser rechazado por una parte significativa de clientes. Algunas empresas que han usado este color son: ING, Fanta, Playless, Starz, Hooters o Discovery.

Negro: demasiado oscuro. Sofisticado, clásico, típico de productos premium, válido para tratamientos especiales. Pero también demuestra tristeza, muerte, deflación, opacidad. Algunas referencias las encontramos en Xplora, Neox, Wotake, Energy, Telefónica, Ibero o Sondevid.

Rojo: uno de los colores preferidos. Es apasionado, visceral, aumenta la frecuencia cardiaca y expresa energía, fortaleza, pasión, deseo y amor. Es extrovertido, dado a la acción. Poder, emoción. Sus aspectos negativos podrían ser peligro, guerra, rabia, urgencia o prohibición. El rojo atrae la mirada y se dirige a los resultados. Es un símbolo de experiencia y confianza, por eso ha sido seleccionado por el Banco Santander, Coca-Cola, Marlboro, Lewis, CNN, Youtube, Toyota, Nintendo entre otras.

Verde: es tranquilidad y salud. Representa generosidad, eficacia, naturaleza, clima, ambiente, aventura, dinero y franqueza. Es el color que más fija la vista y facilita la lectura. Su aspecto negativo se centra en ser poco realista, falso, tapa las taras, es envolvente y excesivamente directo. Los verdes oscuros se identifican con la riqueza. Los más claros con la serenidad. Son ejemplos de estos colores las marcas de John Dire, Land Rover, Holiday Inn, Starbucks, Tropicana o Xbox.


COLORES CORPORATIVOS

  1. ¿Son importantes?

El conocido principio bíblico, adjudicado a Jesús al término del Sermón de la Montaña: “Por sus obras los conoceréis” (a veces por sus hechos, a veces por sus frutos) ayuda a distinguir lo verdadero de lo falso. Las fuentes de agua salada no pueden producir agua dulce.

La fuerza del marketing y la comunicación han cambiado este principio por otro. “Por sus colores los conoceréis”. Por los colores conocemos cosas tan variopintas como ideologías políticas, grandes empresas, equipos de futbol, bebidas, destinos turísticos incluso brotes del saber.

Desde un punto de vista teórico, los colores se consideran un elemento semiótico no verbal, clave para atraer la atención del público y hacer que la marca sea memorable (Círculo de Innovación). Si al color le sumamos un logo, ya sea una forma, un diseño o una tipografía habremos creado un impacto social de comunicación de alcance.

La realidad nos demuestra que se pueden cambiar las formas, los diseños, la tipografía pero casi nunca se cambian los colores. El mercado es muy selectivo y muy sensible. Curiosamente se ha demostrado que un solo color (máximo dos) se guarda mejor en la retina y en la memoria. Los conceptos (sean empresas, productos, eventos, etc…) se identifican mejor por un color que por una combinación de colores.

Un estudio de Marcos Terol (Marcos Terol en branding –abril 2013) nos expone que:

–          El 95% de las empresas utilizan en sus comunicaciones corporativas 1 o 2 colores

–          El 33% utilizan el color azul. El 29 % el rojo. El 28 % el negro y el amarillo un 13%.

–          Los colores más atractivos para el gran público son: morado, azul, verde, naranja y blanco.

–          Los colores menos atractivos para el gran público son: rojo, amarillo, marrón y negro.

Dependiendo del famoso: qué, cómo, cuándo y dónde queramos comunicar, debemos escoger un color u otro, sabiendo que nuestro color no lo debemos cambiar por mucho tiempo y que ese color, a la postre, va a ser parte de nuestra estrategia y de nuestro posicionamiento y de nuestra identidad.

Cualquier color dice mucho y tiene muchas aristas. Lo que en un país o en un entorno significa un color o la combinación de dos colores no tiene nada que ver con lo que significa en otros. Lo más importante es saber despertar sensaciones y sentimientos. Evocan primero y establecen después un nexo con la persona a quien va dirigido el mensaje.

El color incrementa en un 80% el reconocimiento de marca y contribuye decididamente a potenciar lo que queremos conseguir, distinguirnos y crear afinidad (el blog de copywriter)

En el próximo post analizaré lo que significan los colores corporativos (el blanco, azul, amarillo…) y señalaré sus ventajas e inconvenientes, incluyendo las principales empresas o marcas que han apostado por cada color.



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