DOÑA AUSTERIDAD

Lo “modesto” se identifica con los procesos que rehúsan lo innecesario. Se es modesto cuando por voluntad, convencimiento, oportunidad o fuerza mayor se renuncia a lo innecesario. Así lo advirtió Schumpeter y Amaztya Sen (Premio Nobel 1998) lo consolidó en sus estudios sobre las hambrunas, el desarrollo humano y el bienestar social.

En los entornos de lo “modesto” hay que encuadrar a la austeridad. La austeridad es más que un concepto. Es una filosofía que parece impregnarlo todo. La austeridad alimenta desde las declaraciones de la ética social, hasta las políticas gubernamentales o desde los fundamentos sentimentales hasta nuestras horas de ocio.

Austeridad económica, austeridad política, austeridad en los gastos, en la inversión, austeridad por todas partes. Pero nunca la austeridad en el pensamiento, en el esfuerzo, en la imaginación creativa o en la capacidad de desarrollo. “El gasto esclaviza, la austeridad libera” (Daniel Kahneman).

Yo creo que la austeridad podemos contemplarla desde diversos prismas:

En primer lugar la austeridad como valor, aplicable a cualquier ciclo económico (no solo en épocas de recesión) que supone luchar contra el despilfarro, “ir al grano”, prudencia, búsqueda de eficiencia y gran capacidad de análisis. Modelo de ejemplaridad aunque no siempre haya de aplicarse.

Determinadas sociedades han heredado la austeridad como única realidad conocida. Llevan la austeridad en los genes. No han conocido otra cosa, “¡qué tremenda soledad la de la austeridad! Viene acompañada de la nada”. (Ezving Gottman).

En segundo lugar la austeridad como estrategia. Un modelo de gestión empresarial que tiene a la austeridad de protagonista. La austeridad por encima del talento, como sistema para mejorar los resultados. Austeridad a coste de…

Será la austeridad un eficaz ejemplarizador o por el contrario una trampa saducea capaz de desbaratar cualquier intento de riesgo, de osadía o novedad? Es verdad que una gestión basada en la austeridad aumenta el compromiso de los trabajadores pero también aumenta la exigencia de la empresa respecto a sus procesos de comunicación.

“La verdad elevada al cubo se convierte en un futuro más seguro, unas relaciones más consolidadas y alternativas más fiables” (Soren Kierkegaard).

En último lugar, la austeridad como oportunidad para favorecer el cambio y descubrir mejoras en la organización. Se puede considerar que las tendencias que nacen de la oportunidad son un efecto secundario de la austeridad: convertir un problema en una oportunidad.

En el libro “Las 7 leyes espirituales del éxito” (Deepak Chopra) se configura la austeridad como el método adecuado para convertir el problema en oportunidad. La austeridad es transitoria. La P.N.L. llega incluso a este criterio y afirma que los símbolos son transitorios también y propone un sencillo juego, que yo a su vez le propongo a usted: los símbolos de nuestra niñez cambian en nuestra juventud y vuelven a cambiar en nuestra madurez, y así sucesivamente en todas las edades.

¿Somos austeros o somos crísticos? (austeridad es una cosa y despilfarrador es otra). ¿Somos crísticos o súper crísticos? (austeros en lo fundamental o en aquello que no nos gusta y despilfarradores en las cosas que nos gustan y con las que disfrutamos) ¿Qué somos?


EN EL ÁNGULO SUPERIOR DE LA PIRÁMIDE DE MASLOW

Nadie llega al ángulo superior de la pirámide de Maslow por casualidad. En realidad, las casualidades no existen. Quien esté allí arriba habrá tenido que escalar muchos y complejos tramos y superar trampas, dificultades, traiciones y mentiras.
Si has llegado allí arriba, enhorabuena, porque solo lo logran aquellos que viven en equilibrio personal y en armonía interpersonal.
Está científicamente probado que el hombre desarrolla su vida en cuatro ámbitos diferentes:

1. El escenario profesional, verdadero y casi siempre única fuente de ingresos. Obsesión de filósofos (desde Adam Smith, hasta Carlos Marx). Ladrón del tiempo (8 horas o más cada día). Satisfactorio (al menos el día de cobro) y gran factor de desarrollo, tal y como nos cuenta la historia.

2. Una esfera social derivada de nuestras relaciones interpersonales. Frente a “dime con quien vas y te diré quién eres”, está el poder de la libertad que nos abre todas las posibilidades para incorporar a nuestro tiempo y nuestras actividades a la persona que consideremos en cada momento (recordemos la profecía de cada 10 años cambiamos de amigos, de clientes e incluso de valores).

3. El entorno humano definido por las relaciones emocionales. Es el nudo gordiano del equilibrio y la paz personal. Quien tenga roto el “elemento humano” no podrá llegar al ángulo superior de la pirámide de Maslow, pero a veces una caricia, una mirada o la casi imposible comunión de caracteres es capaz de dispararnos a lo profundo de ese ángulo superior.

4. Lo personal. El yo. Tiempo, energías e ilusión dedicados a mí mismo. Lo personal es intransferible, subjetivo, valiosísimo, con una capacidad permanente de cambio, pero también con una capacidad constante de renuncia.

Así las cosas, es frecuente encontrar cómo las presiones del escenario profesional exigen más dedicación, mucha más dedicación, en detrimento de alguno de los otros conceptos. Normalmente lo personal. El yo, sale perdiendo.
Nos gustaría creer en los cuentos de magia y aventuras con final feliz y con perdones y festines colectivos, pero la vida real impone sacrificios cotidianos que nadie agradece. Vencer la tentación de olvidar el entorno humano es el gran acierto.
Solo las relaciones emocionales pueden poner en marcha el ascensor que sube al ángulo superior de la pirámide de Maslow.
“Una sanguijuela” gritó Groucho. “Hay que eliminar a la sanguijuela” replicó Sócrates y el Doctor Jenkins mató a su socio; pero luego no puedo irse de vacaciones.


COMULGAR O NO CON LA CULTURA ORGANIZACIONAL

No dudes en gritar “Buenos días, Princesa”. No pienses que Rocky Balboa nos engañaba cuando exclamaba que tendrás que ganar la vida a golpes o que Forrest Gump era tonto por pensar que solo lo son aquellos que hacen tonterías. Siempre seremos responsables de lo que hacemos, de nuestros comportamientos y actitudes y por supuesto de lo que obtenemos como resultado de nuestro trabajo.

Las organizaciones miden a sus directivos por esos dos grandes vectores: lo que consiguen (resultados) y sus comportamientos (mix de compromiso, entusiasmo, gestión futura y mucho más). Lo que ocurra en el camino importa poco. La empresa exige y desde el primer momento, una identificación plena de sus directivos. Esta unidad de objetivos constituye uno de los principios básicos del management. Surgen algunas dudas:

1. ¿Es lícito que un directivo utilice su puesto de trabajo como trampolín para conseguir otro puesto que le convenga más? La realidad demuestra que esta situación es frecuente. Será lícito siempre y cuándo ni cause trastorno, ni perjudique el desempeño profesional, ni su función, ni a la empresa, ni a los intereses generales de la organización, ni a las personas, ni a los posibles compromisos futuros.

2. ¿Qué hacer cuando algún directivo no cumple con esta ley? Como decía hace ya años Lee Iacocca: “Disparo al corazón, por alto que esté en la empresa”. Si hacemos un poco de memoria recordaremos muchos nombres conocidos que han recibido o deberían recibir ese disparo.

3. ¿Qué hacer cuando el directivo no comulga con la cultura o con el sistema organizacional? No caben más que dos posturas: O terminar aceptando el sistema y formar parte de la cultura de la empresa o abandonar la organización. Luchar contra el sistema es estúpido. El sistema siempre lleva las de ganar.

Junto a estas dudas hay tres afirmaciones que los directivos deben gravarse en su frente:

Cambiar la resignación por el entusiasmo y hacer de la pasión un credo.

Obtener el mejor equipo posible, cohesionado y flexible.

Convertir los objetivos de la organización en retos propios, casi metafísicos.

Y por supuesto superar todas las faenas y los malos ratos que te has de tragar cada día. “Si tienes que elegir nunca tomes la pastilla azul porque será el final de la historia” (Matrix).


ALGO SOBRE BIG DATA

Del profesor Eduardo Bueno hemos aprendido el cambio de cara de las organizaciones en virtud del conocimiento o no que la empresa tenía de su ecosistema, posición que normalmente equivalía a la evolución tecnológica (cronológica) y a la adecuada aplicación de esa tecnología por parte de la empresa.

1. La empresa triste, era aquella que carecía de conocimiento (K), que le costaba tiempo y recursos para llegar a conocer el dato. Una empresa triste tendría que enviar a un directivo a China durante varios meses para conocer el funcionamiento del sistema agropecuario.

2. Una empresa plana sería la que ha llegado al dato. Así, sin necesidad de mayores gastos y tantos recursos. No ha enviado a nadie a China para conocer la realidad de lo que le interesa.

3. La empresa alegre da un paso más allá y no solo tiene el almacén de datos, sino que es capaz de interpretarlos, de obtener conclusiones y de planificar la estrategia de acuerdo a lo que ha interiorizado de estos datos.

4. Finalmente existen las empresas bombillas, aquellas que a partir de su conocimiento irradian nuevo conocimiento. Interpretan el dato y crean la luz. Los datos son la fuente del trabajo.

A medida que le siglo XXI ha ido avanzando se ha incrementado de tal manera la generación y el tráfico de datos que se ha hecho necesario trabajar en el proceso de su guarda y custodia. No existían almacenes de gran capacidad y lo más importante, no se sabía gestionar esos “grandes almacenes”.
Nace el Big Data para definir el concepto de datos que superan la capacidad habitual de los software tradicionales. Cada vez son mayores. El Big Data se encuentra en un “constante movimiento creciente”. No se conoce su límite superior, pero sí se sabe que manejan inmensas cantidades de datos en un entorno complejo en donde la capacidad de acumulación y las relaciones entre los datos representan la mayor dificultad.
Algunas estimaciones pueden dar imagen de lo que significa hoy el escenario Big Data:
– Se estima que en 2012 se crearon cada día 2,5 millones de bytes de datos.
– El 93% de los datos acumulados del mundo se han creado en los tres últimos años (según IBM).
– Desde hace 20 años la capacidad tecnológica per cápita mundial para almacenar datos se dobla cada cuarenta meses.
– Actualmente existen procesos de capacidad ilimitada, midiéndose su volumen en relación a las permutaciones útiles que a diciembre 2013 se calcularon en 2,90^10 diarios.
El concepto Big Data engloba infraestructuras, tecnologías y servicios. Su objetivo es convertir el dato en información en tiempo real, convirtiéndose en imprescindible para tomar decisiones en entornos cambiantes. Hoy todos los entornos son cambiantes en sí mismos. Juan Carlos López (IMC Group) considera que la importancia del Big Data viene dado por “sus 5V´s”: Volumen, Veracidad, Velocidad, Variedad y Valor de sus contenidos. Para Enrique Dans, representa la tendencia actual de la industria y Martha Gray piensa que la importancia del sistema Big Data se sustenta en que la resolución final de los problemas se adelanta a su mero planteamiento.
Quizá la verdadera magia del Big Data haya sido poner en valor lo inaccesible.


7 AÑOS DE VACAS GORDAS Y 7 AÑOS DE VACAS FLACAS

Desde la profecía de los siete años de vacas gordas y siete años de vacas flacas, los ciclos económicos más o menos largos e intensos son una realidad incuestionable. Parecía que los intereses que acompañaban a la globalización, iban a reducir los efectos de los ciclos, procurando largas épocas de estabilización. No ha sido así. Casi al contrario.
Los cambios económicos han sido en los últimos 40 años rápidos y profundos, y no han venido solos. Han venido acompañados de profundas modificaciones políticas, sociales, jurídicas, demográficas y geográficas, que han puesto en solfa tradiciones consolidadas y han convertido en cotidiano e imprescindibles elementos históricamente desconocidos, familiarmente reprochables y personalmente complicados.
A principios del siglo XX se puso de moda la frase: “Es la modernidad”. Con ella se explicaba el cambio y la ruptura de la herencia acumulada de muchísimos años, hacia las nuevas formas de vida basadas en la industrialización y en la dependencia interpersonal. Un siglo después, la frase “Es la tecnología” que relaciona la sumisión de la actividad del hombre a una herramienta nueva que transforma tiempo y espacio y que pone de manera constante al mundo a disposición de cada persona.
Los siete años de vacas gordas se identifican con los años de la abundancia, las inversiones, el dinero fluyendo fácilmente, el despilfarro y la falta de preocupación por la buena administración. Los siete años de vacas flacas representan la dificultad, la economía de la restricción, el miedo económico, la administración férrea y la espera de tiempos mejores.
Frente al pensamiento adaptador, típico de las épocas de desarrollo (hacer, hacer), hoy impera el pensamiento divergente. Se buscan capacidades nuevas que sean adecuadas para prosperar con inversiones mínimas, gastos mínimos y mínimos recursos. Muchos países están viviendo siete años de vacas gordas. Otros desgraciadamente vivimos en escenarios más deprimidos. No hay mal que cien años dure. Sin embargo, (y de todo se aprende) las “reformas económicas” y los “modelos de administración” que estamos utilizando en este periodo de vacas flacas y que podemos definir con el incitante apellido de “austeridad” deberían calarnos y hacernos fuertes para que cuando lleguen los años de vacas gordas (pronto será, según los optimistas) seamos capaces de vivirlos con mayor consciencia. Así durarán más tiempo y disfrutaremos sin los excesos de la ingenuidad estúpida. Simplemente haremos las cosas mejor.


GIN TONIC AL FINAL DE LA JORNADA

¿Qué ginebra prefiere g´vine, brockmans, tanqueray, blue ribbon?

¿Qué tónica prefiere Indi, Fever-tree, Fentimans, Markham? ¿Limón, lima, naranja o kiwi? ¿Con clavo, cardamomo, pimienta o jengibre? ¿Le ponemos un toque de pepino o prefiere el sabor profundo del curry verde?

El gin tonic es el reflejo de la complejidad. La destrucción absoluta de la teoría de las probabilidades. No hay uno igual a otro, aunque todos sean iguales. Es un mimetismo de la sociedad actual, tratamos de escapar de un entorno del que no podemos salir: una copa con hielo. Tratamos de combinar no sé qué número de elementos pero el resultado es siempre uno: el gin tonic. Adornamos superficialmente la realidad para darle un poco más de contenido y escapar así de la austeridad que nos rodea minuto a minuto. Mañana es un futuro incierto.

¿Qué puerta abrimos para disfrutar de la vida y olvidarnos un poco de la crisis? Una de esas puertas se llama “gin tonic”.

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Cuando se habla de “escapar de la sociedad” siempre se eligen los mismos criterios: la soledad, vivir solo, la individualidad, la percepción de las cosas, la contemplación (los que siguen la escondida senda por dónde han ido los pocos sabios que en mundo han sido). Pero hoy, en nuestro país, escapar de la sociedad que nos presiona es salir con la pareja o los amigos a disfrutar de un gin tonic. ¡Qué lejos de Fray Luis de León!

Nuestros conocidos, o google nos recomiendan los “Santuarios del gin tonic” o la ruta del gin tonic. Lo pasó David al poner en práctica la “huida al mundo real para salir de la crisis”. Pero desde “abraza la tierra” (de la gran urbe al mundo rural) o “éxodo” (buscando o inventando las raíces) o desde Michelle Bachelet(no hay acción sin voluntad, ni voluntad sin pensamiento), la única manera de escapar será hacer estallar aquello que nos oprime.

“Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible” (se disputan la autoridad el Guerra y el gallo). No le des más vueltas. “Trabaja duramente toda la jornada y luego déjate seducir por el amor” (Maquiavelo).

Si te dejas seducir por el amor o por la vida, al final de la jornada y en la mejor compañía te tomarás el gin tonic que más te guste.


PENSAMIENTO LATERAL (LATERAL THINKING)

Se ha presentado un problema. Se pone en funcionamiento el pensamiento lógico que trata de dar la respuesta adecuada. Este es un patrón habitual usado diariamente en las organizaciones, en todo caso un patrón reactivo. Edward DeBono (Now think) acuñó el término pensamiento lateral que definía la técnica para encontrar soluciones creativas acudiendo a enfoques indirectos, alternativos, heterodoxos y a la vez rompedores y provocadores. Planteamientos casi imposibles. Se produce una consecuencia inevitable: El pensamiento lateral como motor del cambio.
Pongamos dos ejemplos:

1. Imaginemos que una cadena de televisión decide no emitir películas, ni emitir concursos, ni emitir series, ni programas de humor, ni dibujos animados, ni documentales. Solo noticias. Un noticiario constante. Nace la CNN y triunfa.

2. Una compañía de circo elimina los juegos malabares, los payasos, los números de animales, los trapecistas de niños y basa su espectáculo en la estética y el arte. Nace el Circo del Sol y triunfa.
Ejemplos como estos son cada día más frecuentes.

Paul Sloane en su obra “Pensamiento Lateral paso a paso” advierte también de los riesgos de “Lo lateral” y expresaba: “Si crees que con el pensamiento lateral encontrarás la mejor solución a tu problema, estás muy equivocado. Si por el contrario quieres solucionar los problemas creando un nuevo escenario de trabajo, utiliza el pensamiento lateral”.

Las palabras clave del “Lateral thinking” serían: pensamiento divergente, desafío, alternativa, astucia, provocación o tormenta de ideas.

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El calendario del pensamiento lateral que definió DeBono incluye siete pasos para una correcta toma de decisión final:

1.No prejuzgar ni apresurar juicios 2. Visión holística considerando todos los factores 3. Visualizar las consecuencias e incluso los resultados 4. Fijar objetivos y metas claras y conocidos. 5. Priorizar los problemas y crear una ponderación de los aspectos influyentes 6. Buscar alternativas, testarlas y no cerrarse a ninguna posibilidad 7. Ser empático, analizando desde fuera o desde otro punto de vista.
Entre muchos ejercicios posibles y curiosos, he elegido dos para que des o encuentres la solución, siempre y cuando seas capaz de pensar lateralmente.

Caso de los zapatos nuevos:
Una mujer compró un par de zapatos nuevos y después se fue a trabajar. Murió. ¿Por qué?
Respuesta:
La mujer era la ayudante de un lanzador de cuchillos en un circo. El hombre tenía los ojos vendados y le lanzaba cuchillos con una seguridad absoluta. Por desgracia, sus zapatos nuevos tenían tacones mucho más altos que los que usaba habitualmente. En consecuencia, murió.


SEDUCIR CON LA REALIDAD Ó SEDUCIR SIN SUEÑOS

Estamos viviendo uno de los periodos más complejos de las últimas décadas. Un periodo macizo de dificultades en el que cada elemento se interrelaciona con el entorno, de tal manera que no puede desarrollarse ni vivir sin él. Los Robinson Crusoe no tienen cabida en ningún lugar. Los Peter Pan van a crecer como reacción a las exigencias de competitividad y éxito. Los Svengalis serán cada día más selectivos y buscarán la excelencia como elemento diferenciador y Alicia fallecerá en el intento de encontrar su País de las Maravillas.
Ni nada es lo que era, ni nada perdurará. Las pulseras de quince eslabones imponen sus reglas desconocidas y las casas de té japonesas han puesto en solfa los valores que las hicieron perdurar por tantos siglos.
¿Es momento de transformar lo que estamos viviendo? Echemos una mirada a lo que ha ocurrido en los últimos años y cómo va a influir en lo que ocurra en los próximos meses (ya que de años es utópico hablar). Yo veo que hay cinco elementos diferenciadores que estamos viviendo hoy y que nunca antes se habían dado en la historia del universo:

1- El principio de la Globalización que nos permite actuar sin distancias. Nos pone en la mano mercados, culturas, productos y personas desconocidas hasta hoy y convierte el entorno inmediato en un entorno casi infinito. Su gran efecto se reflejará en la frase: “Tener el mundo por cliente”

2- Las interconexiones y los interdependencia. Hasta el momento presente se hablaba de cosas concretas, de países concretos, de procesos concretos…lo concreto se ha vuelto difuso, o mejor dicho, se ha hecho amplio, colectivo y mucho, mucho más flexible. La frase que escojo para fijar este concepto sería: “hablar y actuar en lo abstracto del espacio”.

3- La capacidad de respuesta ante las necesidades conocidas o no de nuestra “stakeholders” es una vara de medir la supervivencia en un mercado mega competitivo. La velocidad del “clic” vive ya debajo de nuestra piel. No es la muerte de las tradiciones o de los usos convencionales, es la venganza de quien se siente ganador, y por lo tanto el escenario del “siempre se ha hecho así”. Mi frase para este criterio sería: la velocidad como valor de los valores.

4- El sentimiento, consecuencia de la capacidad emocional y energética y su predominio sobre el racionalismo y la causalidad. De lo concreto a la pasión. De lo aprendido en los libros y en la universidad, a lo aprendido en la vida. De lo teórico a la realidad acuciante y cotidiana. Y para asumirlo pensad en este gran cambio: “miedo por terror y tranquilidad por acción”.

5- La incertidumbre. Paradójicamente la incertidumbre es la certeza de que no sé qué. Ni cuándo, ni cómo, ni donde, pero algo que no conozco está pasando en algún lugar del mundo, que sin duda me afectará. La nueva obsesión es saber gestionar el caos, o lo podemos definir cómo la capacidad de tomar decisiones eficaces en situaciones complejas.

Y con todo esto una reflexión final: es verdad que estamos viviendo uno de los períodos más difíciles y confusos, pero tener la certeza de que es el mejor periodo posible por la sencilla razón de que no existe otro.


Morena de ojos verdes

Ni los más clásicos Humphrey Bogart, Cary Grant, Robert Mitchum o Gregory Peck, ni los más contemporáneos: George Clooney, Brad Pitt, Leonardo di Caprio o Hugh Jackman podrán seducir a la preciosa morena de ojos verdes. Lo de antes pasó y lo de ahora no es verdad. Seducir es demasiado sofisticado y necesita demasiado tiempo. Un arte que ha quedado relegado en el siglo XXI, o mejor dicho, que se ah transformado en el siglo XXI.

Actualmente, la morena de ojos verdes se llama Comunicación, se llama resultados, se llama popularidad, se llama éxito…en lo más profundo también se llama soledad, resignación o miedo.
Para seducir a la morena de ojos verdes, se llame como se llame, es necesario pensar. Cuando pregunta, ¿y usted piensa? muchas veces me responden: “Sí, yo pienso en la ducha o conduciendo…”. ¡Qué error! Pensar es ante todo una necesidad. Un ejercicio diario. Pensar ante un papel en blanco y con un bolígrafo en la mano. Pensar sin desfallecer, porque lo normal es que hoy o mañana no saquemos nada en claro después de pensar y pensar. Pero un día, y no lejano, pensaremos algo vital para la empresa, para la familia o para mí. Algo útil que me permitirá, por fin, conquistar a la morena de ojos verdes.

Muchos piensan que si Lennon viviera sería Primer Ministro, que si China aceptara la cultura occidental desaparecería el bacalao en salazón, que si lo niños índigos se independizaran realmente volverían los gremios o los guetos. Hay personas que se “pasan pensando” y son capaces de conducirnos a lo absurdo. Bien pensado un poco de lo “absurdo” tampoco nos sentaría tan mal. Cuando la humanidad ha dado un avance intelectual realmente importante, ha empezado por admitir lo que en aquél momento parecía absurdo. Quizá lo absurdo sea la mejor manera de conquistar a la morena de ojos verdes.

Quisiera dejarle un recado para los próximos días: trate de conseguir alguno de sus sueños, piense, póngale pasión y actúe, defina, establezca la estrategia, reaccione, no se quede parado y vaya a por ello.
Y si es usted quien al final de la jornada ha seducido a la morena de ojos verdes, no nos lo cuente, guárdeselo y será siempre dueño de ese sueño.


NEUROMANAGEMENT III/III: De la normativa a la emoción y al sentimiento

Los procesos neurológicos vinculados a la resolución de problemas y sobre todo a la toma de decisiones, rompen la tradicional normativa que se ha consolidado como fundamento de la planificación estratégica y da paso a un modelo diferente de concebir los negocios y las organizaciones, modelo que nace de lo profundo de los sentimientos y las emociones, siempre subjetivos y cambiantes, pero también más cercano y más adaptado al tiempo y al espacio en el que le toca desarrollarse.

La normativa del neuromanagement no es una ley impuesta, rígida y fija. Se contrapone a las famosas leyes físicas del management tradicional y toma carta de naturaleza a través de la mirada del directivo. Desde “darme un punto de apoyo y moveré el mundo” de Arquímedes, hasta “estos son mis principios pero si no le gustan tengo otros”, de Groucho Marx, hay todo un amplio menú de posibilidades.
Cuidado con la combinación de ese menú. Una dosis moderada de optimismo siempre es buena para visualizar el futuro. Una dosis excesiva es diseñar el ridículo escenario de lo inconsciente. Voluntarismo v/s negra realidad. Un triunfo vano de los valores que la sociedad actual no reconoce.

Al plantear los procesos del neuromanagement, se incorporan dos elementos previos: en primer lugar el denominado “Vector de funcionamiento del cerebro”: se analiza el cerebro como base neuronal del liderazgo, la toma de decisiones, la motivación, la inteligencia emocional, el aprendizaje o el capital relacional.

En segundo lugar el “Módulo de contexto”, vinculado al entorno organizacional, al ejercicio de la actividad como directivo o a la dirección de equipos.

En definitiva, se produce un trastorno del criterio normativo hacia el afecto emocional y sensorial en el que las energías entendidas tanto individual como colectivamente, e incluso la energía organizacional, adquiere el protagonismo.

Bernard, Clos y Tarré (Profit editorial), nos presentan la energía organizacional como la vocación de tres elementos responsables: el conocimiento superior de la organización (producción, comercial, etc…), la voluntad de asumir retos (pro actividad en su objeto social) y el impulso del aprendizaje (innovación y cambios).

Los “Templos del Misterio” han fraguado sobre los misterios del éxito, los nuevos productos, los precios, el mercado o el cliente.



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