El Café tradición y marca país- República Dominicana-

La revista Cofee, editada en Seúl, capital de Corea, publicó este artículo del embajador dominicano allí, como parte del esfuerzo de promoción de los productos dominicanos en esa nación asiática.

Galván ha desplegado una amplia labor de promoción del los productos y servicios del país de cara al mercado coreano.

El diplomático ha publicado recientemente el libro El Rostro de la Esperanza, en el cual resume una serie de experiencias de intercambio que son posibles de sostener entre el país y Corea del Sur.

El café es parte de la tradición dominicana. Al llegar de visita a una casa, es usual que se le brinde una tasa de café. No importa si la hora es en la mañana o en la tarde. Y si es al mediodía, el almuerzo por lo general termina también con un sorbo de café. Se trate de de una gran mansión de persona acaudalada o de un simple rancho de campo. El café es simplemente parte de la costumbre diaria del dominicano.

Generalmente, el café dominicano se toma en tazas pequeñas, por su sabor penetrante y su exquisito aroma, con un poco de azúcar. Hay quienes también le agregan leche, y acompañados de pan, mantequilla y queso, lo convierten en parte del típico desayuno dominicano.

El 4 de septiembre del 2007, el Consejo Dominicano del Café (CODOCAFE) recibió el certificado de registro de la marca país colectiva del café denominada “Dominican Coffee”. Esa organización agrupa a los productores de café de la Republica Dominicana.

El desarrollo de la marca país del café dominicano responde a la estrategia de valorización del producto que implementa el CODOCAFE y que implica la promoción nacional e internacional del aromático grano. Esa iniciativa cuenta con el respaldo de la Agencia Francesa de Cooperación.

El Consejo Nacional de Competitividad ha sido seleccionado coordinador de una campana dirigida a la colocación del nombre “República Dominicana” en las mentes de los consumidores e inversionistas, contribuirá a mejorar el posicionamiento de productos y servicios de pequeñas y medianas empresas en las que se sustenta gran parte del motor de la economía nacional.

Dentro de los objetivos de esa campaña, se procuran los siguientes: Promover y/o consolidar la imagen integral de la República Dominicana, entre los mercados tradicionales; abrir nuevos mercados a la inversión en República Dominicana y a los productos y servicios dominicanos de exportación; generar confianza entre los inversionistas y contribuir de manera decidida al mejoramiento del clima de inversión; contribuir con al crecimiento de la economía dominicana y promover a la República Dominicana como un destino turístico líder en el Caribe durante todo el año.

También se persigue Dentro de este objetivo está también el de aumentar sustancialmente el turismo dominicana y generar confianza y sentido de pertenencia de suerte que aumente el caudal de ingresos por concepto de divisas y remesas y mejorar la opinión del país entre los líderes de opinión y los “decisión makers” a nivel nacional e internacional y rescatar la buena imagen de República Dominicana y el interés hacia el país.

El Consejo Nacional de Competitividad y la organización española Intermón Oxfam firmaron un acuerdo mediante el cual se comprometen a identificar, co-financiar e implementar acciones de formación y fortalecimiento de clusters de pequeños caficultores, así como a impulsar el desarrollo y fortalecimiento de una marca colectiva de café, como forma de lograr la competitividad de los pequeños productores del país.

Según se informo a la prensa el pasado 2 de septiembre del 2008, el CNC contratará una consultoría para la elaboración de una marca colectiva de café, en el marco de su proyecto de mejora de la competitividad mediante el desarrollo y promoción de marcas colectivas y marca país. Estas acciones tienen significado especial en República Dominicana, debido a los retos de apertura comercial e integración a los mercados internacionales en base a la producción con calidad de bienes y servicios competitivos.

Las primeras semillas de café llegaron a la Hispaniola, como se le llamaba a la Republica Dominicana en la época del descubrimiento de América, desde Martinica entre el 1725 y el 1735. Se afirma que las jóvenes plantas de Típica enraizaron en los suelos dominicanos y de allí florecieron.

Las características geográficas permiten el cultivo del café principalmente en pequeñas fincas dispersas entre los sistemas montañosos formado por las cordilleras: al norte, la Cordillera Septentrional, en el medio, la Cordillera Central, al sur oeste, la Sierra de Neyba y la Sierra de Baoruco.

Acunadas por las sierras, estas granjas aprovechan los microclimas de montaña, donde la altitud, la humedad, la temperatura, y el suelo crean condiciones superiores de cultivo del café.

Al identificar el café dominicano como marca-país, de lo que se trata es que en todas partes del mundo se asocie esa estimulante bebida con un nombre: la Republica Dominicana.


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