ser un buen Jefe y Líder
Para poder ser un buen Jefe y Líder, se deben tener claro ciertos puntos:
1. A nivel de gestión
Debe ser capaz de organizar su trabajo y el de los demás de modo que pueda explotar sus capacidades. Ver lo mejor de cada persona que trabaja con usted y enfocar sus tareas principales a ello. Un forma efectiva para lograrlo se aprecia en el modelo propuesto por Edwards Deming, el PDSA (Plan-Do-Study-Act), que muestra como se debe recopilar, estratificar y delinear la información para solucionar un problema, implementar la solución, estudiar las variables del entorno (internas y externas) y rehacer las estrategias para sopesar los fallos de acuerdo al feedback obtenido. Aproveche de ponerlo en práctica ya que, de seguro, le dará buenos resultados. Si no cree, piense que este es el modelo de gestión para calidad y liderazgo que se utiliza en Japón.
2. A nivel personal
Conozca a su gente. Identifique sus expresiones faciales habituales para notar cuando tengan dificultades. Una persona al 100% rinde más en un día que otra al 80% en una semana. Sea inteligente emocionalmente.
3. Evite la teoría del garrote y la zanahoria
Ejemplo: «Las personas no son como los burros, si les das con un garrote (metafóricamente hablando), no los podrás recuperar con una zanahoria (premio)». Es mejor que sea transparente y ayude a hacer grato el ambiente de trabajo. Nadie está exento de errores por lo que, cuando aparezcan, busque junto a su gente las salidas propicias para poder enmendar algún equívoco.
4. Sea colaborativo y autocrítico. No se escude en el ataque.
Una muy mala práctica (y fácil de detectar) en estructuras donde todos tienen un cargo símil (como en los grupos de Gerentes, Directores de una misma carrera universitaria, entre otros) es el de la persona «libre de culpa» o, como he decidido llamarlo, «el anti líder». En este caso, se trata de un tipo de trabajador ligado a la queja sobre un problema y el ataque hacia una coordinación o imagen de liderazgo para «tapar» su falta de cohesión con el equipo basado en la disminución del otro.
5. Evite frases cliché y comportamientos retrógrados que no aportan.
Este punto lo expresaré demostrando algunas frases que representan fielmente la imagen de un «mal jefe» y pésimo Líder, según mi apreciación personal sobre cada concepto.
No me des problemas, sino soluciones
es que sea solo «un chanta con suerte».
Tu no eres para este trabajo y otras frases vejatorias
Los malos Jefes evitan elogiar a sus trabajadores y pares. Les es más fácil criticar negativamente. El tratar mal a una persona afecta, lo quiera o no, a su equipo de trabajo. Sea sincero, pero tenga cuidado en como habla con las personas ya que cada moneda tiene dos caras. Un buen líder enfrenta los conflictos con respeto y ve en cada percance una oportunidad de mejora.
No grite ni suba la voz
Cuando un jefe tiene que gritar, es claro que su capacidad para supervisar está poco desarrollada. Si requiere mostrar firmeza, hágalo planificando el trabajo y delineando objetivos y plazos. De cierta libertad para que sus trabajadores tengan espacio, no los ahogue. Si hace bien su trabajo de Jefe, las cosas funcionarán por inercia.
Permita la organización por debajo de su mando
Muchos detalles se pueden resolver sin tener que involucrarlo. A todo Jefe le gusta escuchar una frase como: «Detectamos un problema, pero ya está resuelto». Entregue espacio para la proactividad y la aparición de nuevos líderes que, muy por el contrario de lo que piensan los «Jefes del siglo pasado», jamás son competencia, sino una tremenda ayuda.
¡No pierdas el tiempo viendo el Diario, estás trabajando!
Suena raro, pero en un mundo dónde el trabajo muchas veces sobrepasa las barreras de la oficina y la conectividad es casi instantánea, el tener un espacio para despejar la mente en el trabajo no tiene nada de malo. Incluso, ayuda a mejorar el rendimiento. Haga la prueba
No abuse del tiempo de su gente
Las personas trabajan dentro de lo que la ley establece y tienen derecho a estar con sus familias y tener tiempo de calidad con ellos. Hacer presencia presente. Fomente a que las personas sean laboriosas y no trabajólicas.