Hablar por hablar

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo,
y aquí me quedo…

Extracto de «Palabras para Julia». José Agustín Goytisolo

Las expectativas sólo están para sobrepasarlas. Cuando la gente se crea unas determinadas expectativas en torno a algo, ellos mismos (muchas veces sin darse cuenta) están creándose barreras, poniendo  límites a su potencial.  Por ello, se conformarán cuando estén cerca de cumplirlas, ya que se estarán acercando a su objetivo inicial. Sin embargo, yo prefiero pensar que las expectativas están para romperlas y que el hecho de cruzar esa línea es lo que diferenciará a los buenos de los mediocres.

Las expectativas para mí no representan una meta, sino un comienzo. No indican un límite, sino una oportunidad o un nuevo reto. Más allá de las expectativas, se encuentra un nuevo horizonte sin luz por descubrir y esto muchas veces nos aterra. Con esto no quiero decir que no vayamos a encontrarnos  obstáculos en el camino. Los habrá, y muchos.  Esas piedras que nos encontraremos a lo largo del camino son las que nos harán crecer (tanto de forma personal como profesional) aunque muchas veces no seamos conscientes de ello en el momento que nos tropezamos con ellas.

Y así fue cómo superando obstáculos poco a poco me citaron para hacer la entrevista en Madrid. Todo hay que decirlo, estaba entre los 5 o 10 últimos de la lista según el acumulado de puntos por las pruebas anteriores. Pero yo eso no lo sabía por aquel entonces ni tampoco me importaba demasiado. Había llegado hasta ahí y lo iba a hacer lo mejor posible. Lo que no dependía de mí no me iba a quitar ni un minuto de mi tiempo.

Recuerdo a mi madre diciéndome: “Es casi imposible que entres, pero puedes ir a la entrevista y probar suerte. No tienes nada que perder”. Yo pensaba diferente. Si voy hasta Madrid es porque sé y estoy convencido de que voy a entrar.

Una vez allí, aguardando mi turno para realizar la entrevista me encontré con varios personajes  a  los que recuerdo con bastante claridad. Me acuerdo muy bien de uno de ellos. Era un hombre de unos treinta y tantos (como cantaba Loquillo). Por fuera intentaba aparentar seguridad y tranquilidad pero se podía ver fácilmente como por dentro estaba más nervioso que un niño en su primer día de colegio. Él fue quien me informó de mi posición en la lista cinco minutos antes de ser llamado para “testificar”. Recuerdo también que nos contó que era prácticamente imposible entrar, que habíamos sido citados por orden de puntuación y que casi no teníamos opciones ya que tendríamos que superar a aproximadamente unos cuarenta candidatos. Yo no hice mucho caso, agaché la mirada y seguí a lo mío, leyendo información que creía que podría serme útil para la entrevista. No tardó ni dos minutos más en alzarse otra voz. “No hace falta que leas cosas, seguramente no te servirán. No tenemos mucho que hacer”. Una mujer  de la edad de mi madre intentaba, aunque sin éxito, contagiar su pesimismo al resto de candidatos que allí estábamos.

Supongo que no hace falta ni comentar el final de la historia. Simplemente, quiero aprovechar mi primera entrada en el blog de becarios de Turespaña 2016 para mandarles un fuerte saludo por facilitarme las cosas el día de la entrevista al hacerme saber que contaba con dos “rivales” menos. Y además, dar la enhorabuena a todos los que de una manera u otra superasteis todos los obstáculos para llegar hasta aquí, hasta el punto de salida. En especial, me gustaría felicitar a  aquellos con los que coincidí en la entrevista ya que, a pesar de tenerlo muy difícil, nunca dejaron de creer.

Y vosotros estaréis pensando, “muy bonita la historia”, pero, ¿Qué nos quieres decir con todo esto? Lo que quiero decir es que los límites nos los ponemos nosotros mismos. Si me hubieran dicho en mi segundo año de carrera que estaría  aquí ahora mismo seguramente no me lo hubiera creído. Pero aquí estoy. Y no estoy cruzando la línea de meta, sino esperando a escuchar el pistoletazo en la línea de salida para comenzar una larga carrera de obstáculos hacia una meta que no existe.

No hay comentarios / 10 Jul 2016 por agisbert
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