La innovación nos hará libres

Si tuviera que elegir una lección aprendida en estas primeras semanas de máster, me quedaría con la premisa del profundo cambio que vivimos en el sector turístico y la suerte que tenemos al participar en él desde dentro. La tecnología ha llegado a todos los sectores pero en el nuestro va más allá de facilitar el trabajo y las relaciones. Nosotros podemos jugar con ella, integrarla para crear experiencias e incluso venderla como atractivo turístico.

En los últimos años, gracias a los anglicismos (aunque nos duela oírlos) se han creado términos para los nuevos turistas, que huyen de ser simples “turistas” y prefieren ser: viajeros gastronómicos o foodies, singles, BoBo’s o Bourgeois-Bohemians, Millennials, pet-friendly, Dinkies, Panks etc. (aquí glosario http://www.mrturismo.com/nichos-de-clientes-sector-turistico/), entre muchos otros inclasificables que podríamos llamar de forma genérica y chicexperience travelers. Esto son solo nombres comparado con lo que cada uno de estos nuevos experience travelers estará dispuesto a vivir en sus viajes.

No podemos olvidar que estos perfiles nacen ligados a las redes sociales, sus nombres se convierten en virales después de que un blogger acuña por primera vez el término o aparece publicado en el título de una foto en Facebook. Así nace la tendencia y así llega hasta las agencias de viajes (on y off-line, a éstas últimas si han sabido adaptarse).

El siguiente paso es cómo integrar la tendencia social en unas vacaciones y crear el deseado producto turístico. Eso que técnicamente llamamos producto pero que con ese nombre nunca venderíamos a un experience traveler. En clase tuvimos dos minutos para innovar no sólo se aportaron ideas sino que en tiempo récord muchos pudisteis hablar de estrategias de venta, sponsors e incluso financiación. Qué no podremos hacer si nos dan libertad para innovar y una oportunidad profesional para hacerlo.

Otra lanza turística a nuestro favor es que somos el diseñador y el target de nuestro producto, nos divertimos innovando porque nos imaginamos a nosotros mismos disfrutando de esas veggie-vacaciones en huertos, de esa comida slow-food o de nuestra mascota en el hotel.

Podemos saltarnos la fase de testeo, ver cuántos likes tiene la foto de nuestro último viaje son pistas del éxito.

Podemos aprovecharnos de la microsegmentación infinita y llegar a todos los que ponen “vacaciones” como palabra de búsqueda en Google.

Es el momento del todo vale en viajes, y toda idea puede ser buena si conocemos la tecnología adecuada. Algunos nos dirán que es mal momento para soñar, pero nosotros tenemos todo a nuestro favor para seguir soñando.

 

Mucho ánimo con vuestros proyectos, este nuevo mundo turístico nos necesita.

 

 


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