«CRM para qué» o cómo vivir mirando hacia atrás
La vanguardista cultura corporativa española ha llegado al futuro de la mano del ya lo haremos otro día, premisa que reafirma una identidad comprometida con el fracaso en un contexto ya de por sí complicado.
Y es que el CRM no es un concepto surgido de la posmodernidad cultural de una sociedad tecnológicamente avanzada: es el único resultado de saber cómo y para qué organizar muy eficientemente las interacciones con tus clientes y toda la información relevante para tus objetivos de negocio. Y sé que me dirás:
Tenemos pocos recursos
Implementar el CRM en tu empresa supondrá un inversión superflua y, en realidad, el mayor gasto será consecuencia de no hacerlo.
No estoy preparado, necesito un socio que entienda todos los fundamentos de marketing e internet
Estas de suerte: implementar tu CRM no exige conocimientos imposibles y es más fácil de lo que plantea tu premisa. Supone no sólo una facilidad de implementación, sino también una mayor facilidad de gestión que la que supondría un Excel y su obligada dinámica de incorporación manual de datos.
No creo que sea rentable
El CRM te permite manejar y gestionar con alta eficiencia una información clave para el aumento de rentabilidad de tu empresa y la mejor interacción con tu activo clave: el cliente.
No tengo tiempo
El CRM es un sistema que busca e identifica la información relevante de tus clientes y, por ello, la opción de definir una base de datos compleja de clientes y sus interacciones con tu empresa es, sin duda, la segunda peor de las opciones después de la de no hacer NADA. Tranquilo, será rápido e indoloro.
Ya lo haremos más tarde
Felicidades, ya es tarde para ti. El usuario se encuentra ya en mitad de una dinámica en la que la interacción personalizada es clave esencial. Y, ¿qué mejor que un avanzado sistema de gestión de clientes para una mayor personalización de su experiencia?
Quizá tengas aún una última oportunidad para dejar de mirar hacia atrás, coger la filosofía CRM de la mano y llegar a un lugar común donde el riesgo del ya lo haremos se ha difuminado.