El plan de viabilidad
En los tiempos que vivimos el plan de viabilidad cumple un papel de suma importancia en el mundo de los negocios y de la empresa, tanto a la hora de estudiar si es conveniente emprender una nueva iniciativa empresarial como para elegir alternativas de expansión adecuadas para una empresa que ya está en funcionamiento.
En este momento de crisis mundial, mucho más acuciante en países como España que han gozado de años de crédito fácil para todos, el estudio de viabilidad en el caso de concesión de crédito podría haberse convertido en una herramienta muy útil, que hubiera podido suavizar al menos la borrachera crediticia. Como no ocurrió así, el efecto que se consiguió es que el crédito, actualmente, haya quedado tremendamente restringido y no permita la creación de nuevas empresas y ahogue a gran parte de las que están en marcha y no poseen un buen musculo financiero.
Por tanto, el plan de viabilidad debe convertirse en pieza esencial, tanto para los que reciben el crédito como para los que lo dan.
Para que cumpla su función con efectividad, la información debe ser correctamente tenida en cuenta y analiza, centrándose en la gran importancia de la credibilidad de la información ofrecida. Una vez que el diagnostico es favorable se pueden comenzar a realizar consideraciones.
En el contexto concreto de la gestión de riesgos en la banca el plan financiera adquiere una especial significación puesto que se tiene en cuenta tanto para la concesión del crédito como para la supervisión del deudor. Se puede destacar que la gestión de prestatarios particulares, instituciones o de empresas es diferente y necesita de procesos de análisis distintos.
En este caso y centrándonos en el caso de empresas podemos distinguir distintas fases en un plan de viabilidad:
Análisis relacional de los clientes con la entidad.
Análisis funcional y estratégico del negocio y su futuro.
Análisis del destino de la inversión.
Análisis de la financiación
Análisis de la capacidad de devolución
Análisis de las garantías de compensaciones
En definitiva, la correcta utilización de estos estudios podrían tanto paliar posibles eventualidades a nivel macroeconómico en cuanto a riesgos crediticios como posibilitar el mantenimiento y creación de tejido productivo, y por supuesto, unos balances de la entidades financieras que no se conviertan en auténticos agujeros negros.