El problema de la integración laboral (competencias directivas)

Blog de la asignatura competencias directivas.

 

“Por medio del salario, un patrono puede

pagar la presencia física del trabajador,

pero la entrega, la dedicación, la sonrisa,

eso hay que ganárselo día a día.”

 

 

En este blog voy a tratar de hacer una breve descripción de este problema desde un punto de visto sociológico y de liderazgo, pero… ¿Cómo puede una organización lograr sus objetivos mientras fomenta el desarrollo y las metas profesionales de sus empleados?

 

Para poder responder a esta interesante pregunta, hace falta abarcar muchos aspectos sociales y empresariales y llevarlos a cabo con sumo cuidado y de forma individual, pero si hay algo que tienen en común todos los trabajadores, es que hay que empezar por la integración.

 

La empresa, cada empresa, tiene unos objetivos generales, alta producción, bajos costes, mayor calidad, etc. pero también puede tener objetivos más inmediatos y particulares tales como; conseguir beneficios el primer año, reducir el ausentismo laboral, conseguir una determinada imagen pública… A esta suma de objetivos generales y objetivos particulares se le conoce como objetivos de la empresa.

 

Por su parte, cada trabajador tiene también sus propios objetivos: tener un empleo estable que le proporcione lo necesario para desarrollar una vida confortable para su familia, disfrutar de unas relaciones armoniosas en el trabajo, obtener reconocimiento por la labor bien realizada, tener posibilidades de promoción y ascenso… Todos estos y muchos más, dependiendo de cada trabajador son los objetivos del trabajador.



El objetivo de todo buen directivo, es tratar de conseguir unos “objetivos integrados” lo más amplios posibles. Esto significa, que tanto los objetivos del trabajador como los de la empresa coincidan sustancialmente, lo cual favorece no solo a la integración sino a la fidelización del trabajador.

 

Por ejemplo, a la empresa le interesa dar formación a sus colaboradores, porque así estos aumentan la cantidad y la calidad de su trabajo, y por tanto se incrementan los beneficios de la empresa.

A su par, a los trabajadores, también les interesa la formación, porque gracias a ella pueden realizar un mejor trabajo y, consecuentemente, obtener una mejor retribución, unas mayores posibilidades de promoción, reconocimiento y autosatisfacción.

 

cuadro1

cuadro

 

Este cuadro muestra los diferentes tipos de sucesos que pueden ocurrir a la hora de representar los objetivos integrados:

 

 

Puede darse el caso de que los objetivos de la empresa y los del trabajador se solapen en una pequeña área(primera figura) o que no solapen absolutamente nada (segunda figura). En el primer caso, el apoyo que puede esperar la empresa por parte del trabajador es muy débil, y en el segundo, lo normal es que exista una resistencia más o menos acentuada a las pretensiones empresariales en función de que los trabajadores perciban los objetivos de la empresa como simplemente ajenos a sus intereses, o incluso frontalmente contrarios a aquellos.

 

Y es que nadie apoya algo que vaya en contra de sus intereses. Incluso se puede afirmar que nadie apoya algo si no está convencido de que, de ese modo, va a obtener alguna ganancia de ello.

 

El ser humano presenta comportamientos básicamente egoístas, y cuando alguien quiere persuadir a otro de que haga algo, este último siempre piensa <¿y qué gano yo con esto?>, y como no encuentre una buena razón, no se puede esperar que apoye lo que se le propone.

 

Cierto es que este argumento se puede rebatir, ya que hay personas que entregan su vida al cuidado de los demás, a su religión o a la investigación sin obtener ninguna recompensa material, pero es que las ganancias no son siempre materiales o económicas, sino que la autorrealización o la simple satisfacción de haber hecho el bien son ya de por sí recompensas esperadas.

 

De este modo, si la empresa quiere que los trabajadores de todos los niveles, además de la presencia física en el lugar de trabajo, presten su ilusión, su entusiasmo y su entrega personal, tiene que conseguir integrar los objetivos empresariales con los objetivos individuales de cada trabajador.

 

Un trabajador de cualquier nivel, que queramos considerar, viene a la empresa a satisfacer múltiples necesidades, y se integrará con la empresa y la hará suya en la medida en que esta empresa se preocupe de satisfacer sus necesidades, no solamente de pagarle puntualmente un salario.

paracaidista empresarial

el aterrizaje

De aquí, que el problema de la compensación sea algo infinitamente más amplio que el problema de cómo establecer un sistema de sueldos y salarios. Toda empresa que pretenda conseguir el trabajo-esfuerzo por encima del trabajo-mercancia deberá preocuparse de establecer un sistema compensatorio integral que satisfaga el conjunto de necesidades de todo tipo sentidas por sus empleados. Cabe aclarar, que lógicamente este tipo de sistemas de compensación integrados también lo están con aspectos monetarios.

 

Quizás, uno de los puntos más frecuentes y más difíciles en las relaciones laborales es el tema salarial. Y en cierto modo, es lógico que así sea, ya que la empresa no es ninguna ONG, donde los trabajadores van gratis, y la empresa no tiene beneficios.

 

 

De este modo a la empresa le interesa incrementar la calidad de sus prodecutos y la cantidad de los mismos, manteniendo los costes lo más bajos posible. Así, en estas condiciones podrá salir al mercado en una posición de competitividad que le permita vender sus productos y obtener un beneficio. Pero este beneficio está amenazado tanto por la baja productividad como por un incremento de los costes de producción. Por tanto toda empresa debería elaborar unos sistemas de retribución tal que le permita optimizar su productividad, al tiempo que mantenga en un nivel razonable los costes salariales.

 

Por su parte, al trabajador le interesa optimizar su percepción salarial, al tiempo que mantiene su prestación laboral en un nivel aceptable. De este modo podrá disfrutar del ocio, así como conseguir bienes, al tiempo que construye un patrimonio familiar.

 

Ciertamente y visto desde este punto, es obvio que la relación y el consenso de ambas propuestas no es nada sencillo, tendiendo más bien a un colapso total. Por tanto es estrictamente necesaria una negociación entre ambas partes que armonice los intereses contrapuestos sin dejar de lado evidentemente los tiras y afloja de ambas partes por alcanzar sus máximos objetivos.

 

Sin embargo, la persona busca satisfacer por medio de su trabajo una amplia gama de necesidades que no son solamente aquellas de tipo fisiológico que pueden satisfacerse con dinero.

 

El trabajo es una necesidad social, pero puede ser también una ocasión de desarrollo personal, una inversión de progreso, y es por este camino por el que las empresas y empresarios deben orientarse para conseguir así un mayor consenso de objetivos. Comer es una necesidad fisiológica, lo cual no impide que se pueda convertir en una actividad agradable y placentera, pero si la persona puede desarrollarse en su trabajo, si puede obtener una serie de compensaciones gratificantes, los términos de la vieja reivindicación: “ más jornal y menos horas”, pueden verse substancialmente afectados.

 

El gran ganador de este desafío no será el que consiga un mayor sueldo a cambio de menos trabajo, sino el que combine mejor salario con el trabajo más interesante y más susceptible de proporcionar satisfacciones personales.

 

Con todo esto, espero que haya quedado respondida la pregunta inicial, y tratado un tema que es sumamente importante hoy en día en toda dirección.


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