POR QUÉ CERTIFICAR

Con la llegada de la globalización una palabra se ha impuesto dentro de los procesos empresariales: la certificación.

Esta representa para las empresas un pasaporte de entrada a los mercados competitivos internacionales. Certificar procesos, en nuestros días, se ha convertido en una opción para posicionarse en el comercio como una empresa estable, eficaz y confiable que replantea sus procesos con miras a una mejora continua y con el interés de diferenciarse de la competencia.

Además, se ha impuesto como una moda y como una necesidad: la implementación de los sistemas normativos diseñados por la Organización Internacional para la Estandarización (ISO). Estar certificado por un sistema normativo internacional es un aval de calidad en productos y servicios dentro del mercado global.

Es así como las normas ISO han alcanzado un alto grado de popularización entre las empresas

Sin embargo, la certificación no es sinónimo de éxito, la certificación es una herramienta de apoyo que prepara a la empresa para guiar a los procesos y ser más productiva, pero debe encargarse la empresa de mantener esto en el tiempo y de saber transmitir sus atributos diferenciadores para conseguir el éxito y cultivarlo en el tiempo. Y para explicar esto, leí un ejemplo que personalmente me lo clarificó: ” el sacarse una carrera universitaria te prepara para ser un profesional pero NO te garantiza el éxito profesional”


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