Consideraciones sobre la implantación de nuevos aprovechamientos y recuperación de instalaciones minihidráulicas

Todos sabemos que el potencial de la energía hidráulica es enorme, hoy en día, a nivel mundial produce aproximadamente un 22% del total de la energía eléctrica y según estudios se estima que puede a triplicar su producción para el 2020.
La energía hidráulica, tubo su auge en España en la época de la posguerra, años 60, donde se construyeron numerosas centrales para abastecer a zonas donde sus recursos energéticos eran muy escasos, zonas rurales donde era la primera vez donde la energía eléctrica entraba en las casas.
La actualidad de esta tecnología, tan apreciada en otras épocas, se encuentra en un periodo de crisis, tanto en el ámbito institucional, es decir, sin el apoyo necesario por parte de las administraciones, el cual se traduce en falta de apoyo financiero y en la multitud de procesos administrativos necesarios para desarrollar este tipo de proyectos, como en la conciencia de los lugareños, donde se implantan este tipo de centrales. Los temas de concesión de concesión y explotación de los recursos hidráulicos de cada una de las comunidades, son de especial sensibilidad y deben tratarse de manera muy cuidadosa.
La administración como se suele decir «tiene la sartén por el mango» es decir se debería poner a la cabeza en la gestión de este tipo de proyectos para facilitar todos los impedimentos tratados en el párrafo anterior. Las políticas de incentivos financieros es vital, ya que la rentabilidad de estos proyectos, siempre a muy largo plazo, hace inviable la financiación privada exclusivamente. Facilitar los tramites administrativos y sobre todo concienciar a los lugareños que este tipo de proyectos ofrecen posibilidades de desarrollo social.
Una de las fórmulas que más me atraen es la combinación de las centrales minihidráulicas con otro sistema de energías renovables, por ejemplo aprovechar estacionalidades opuestas, es decir, combinar la baja producción de las centrales minihidráulicas, las cuales tienen un bajo caudal en los meses estivales con una central de biomasa, en la cual, en los meses de verano la producción aumenta y al contrario, en invierno los caudales aumentan, por tanto la producción hidráulica aumenta y la biomasa disminuye. Esta combinación puede sostener una producción constante de energía a lo largo de todo el año.
En la actualidad en España, existen aproximadamente unas 1135 centrales, de las 1740, es decir estas centrales han caído en desuso. Contamos con un amplio número de centrales minihidráulicas las cuales ya no tienen producción, y de las cuales las obra civil ya está realizada y se conserva en buen estado. Por lo que la fórmula de la rehabilitación es muy atractiva, la cual reduciría ampliamente los costes y reduciría muy considerablemente la viabilidad del proyecto.


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