Consideraciones sobre la implantación de nuevos aprovechamientos y recuperación de instalaciones minihidráulicas.

Por Juan José García

Al analizar los diferentes estudios, prospectivas futuras, opiniones de expertos y tendencias actuales de los mercados energéticos todos coinciden en que la demanda energética global seguirá creciendo a medida que nuestras sociedades van alcanzando un mayor grado de desarrollo. Frente a este escenario futuro, nuestras actuales generaciones de tomadores de decisiones están en la obligación de garantizar fuentes de abastecimiento energético que nos permitan satisfacer esta demanda de una forma sostenible.

De esta manera podemos observar que la temática de desarrollo energético sostenible ha estado presente en la agenda de la comunidad internacional desde hace ya varios años, motivando e impulsado que en países de todo el mundo sus políticas energéticas busquen a mediano y largo plazo la diversificación de sus matrices energéticas, seguridad energética, eficiencia energética y desarrollo de sus recursos renovables.

Dentro de este contexto uno de los recursos autóctonos por excelencia que podrían ayudar a alcanzar los objetivos de nuestras políticas energéticas es justamente las pequeñas centrales hidroeléctricas o minicentrales hidráulicas ya que estos proyectos de generación no solo a satisfacen una demanda de energía sino que (bien diseñados) ayudan a alcanzar un mayor grado de desarrollo local, generan empleos, dinamizan la economía local/regional y disminuyen las emisiones de gases efecto invernadero (GEI).

Existen sin embargo consideraciones relevantes que debemos plantearnos frente a estos proyectos energéticos; la primera y más importante es que existen básicamente dos caminos posibles a seguir: 1) crear una instalación minihidráulica desde cero y 2) recuperar instalaciones preexistentes para ponerlas de nuevo en operación.

Para el caso de crear instalaciones nuevas desde cero, las consideraciones más importantes a tener en cuenta debería ser:

  1. Contar con mediciones in situ del recurso para modelar mejor el potencial energético disponible.
  2. Realizar un estudio de factibilidad técnica y financiera apropiadamente de forma que se facilite la obtención de financiamiento
  3. No excluir a las comunidades locales/aledañas, para tener éxito en el proyecto es importante trabajar de la mano con ellos en una relación ganar-ganar; acá la participación ciudadana se vuelve importante.
  4. Incentivos ya sean tributarios, económicos, legislativos, normativos o garantías que minimicen el riesgo de inversión en estos proyecto y que ayuden a dar seguridad jurídica a los inversionistas.
  5. Claridad en los trámites administrativos que se deben seguir para realizar estos proyectos
  6. Facilidad y criterios técnicos claros y adecuados en las entidades medioambientales para facilitar la obtención de permisos de explotación del recurso.
  7. Facilidades técnicos y administrativas para inyectar la energía generada a la red

Para el caso en que se desee recuperar instalaciones previamente construidas, todas las anteriores son validas y es necesario agregar las siguientes:

  1. Análisis de causa raíz del por qué dicha instalación fue abandonada y asegurar que ese problema no vuelva a repetirse
  2. Catastro / inventario de equipos o infraestructura que se puede reutilizar y su equivalente como ahorros del proyecto.
  3. Rediseños/adecuaciones necesarias para poner de nuevo en operación estas instalaciones.


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