Consideraciones sobre la rehabilitación y la construcción de aprovechamientos minihidráulicos
La energía de origen hidráulico, principalmente la gran hidráulica, ha tenido una importancia capital en el desarrollo de España. Además de ser la primera tecnología que se utilizó para la generación eléctrica, fue hasta los años 70 la primera productora. Este papel fue decayendo a favor de, primero la térmica y después la nuclear. En este tiempo, la energía hidráulica pasó de ser una energía de base a una energía de calidad que se emplea en la actualidad, fundamentalmente para hacer frente a las puntas y para el seguimiento de las rampas de la curva de demanda.
Este pasado hidroeléctrico también originó un buen número de pequeños aprovechamientos, muchos de ellos con casi un siglo de antigüedad, muchos de los cuales fueron siendo abandonados a lo largo del tiempo.
A pesar, de que numéricamente no supone una aportación decisiva a las necesidades actuales de consumo, la energía minihidráulica produce una energía de gran calidad: es limpia, autóctona, renovable, fácil de gestionar, de respuesta muy rápida y su tecnología es muy madura. Parece lógico por lo tanto disponer de este tipo de energía para contribuir al cambio energético que se debe producir en las próximas décadas.
Ante esta situación se plantea la cuestión sobre qué es mejor; recuperar estas instalaciones abandonadas o por el contario construir nuevos aprovechamientos.
Hay tres factores a tener en cuenta para intentar dilucidar cuál de las dos opciones (recuperación o nuevos emplazamientos) es la más adecuada:
- Económico. Para ambos casos, es necesario que la inversión sea rentable, pero la rehabilitación supone unos menores costes de instalación y de estudios previos puesto que parte de la obra civil puede aprovecharse.
- Los impactos deben ser mínimos y asumibles. La rehabilitación supone menores impactos durante la construcción puesto que suele haber viales ya realizados, algunas construcciones, acceso a la red eléctrica, etc.
- Debe suponer una actividad positiva para los habitantes de la zona, tanto desde el punto de vista económico (empleo y actividad económica), como psicosocial. En este aspecto también es más ventajosa la rehabilitación puesto que los aprovechamientos abandonados suelen dejar un poso de recuerdo entre los habitantes de la zona siendo menor la oposición a la rehabilitación que a la realización de un nuevo proyecto.
Otras ventajas de la rehabilitación son los trámites administrativos, que en general resultan ligeramente más sencillos cuando ya se ha conseguido anteriormente una concesión.
Parece lógico pues que antes de iniciarse nuevos estudios para nuevas minicentrales, se realice un plan de rehabilitación y mejora de las existentes.
Como experiencia personal, recuerdo que en mi pueblo (Alagón, provincia de Zaragoza), detrás de la casa de mis abuelos existía una pequeña turbina en un salto de la acequia principal (unos 8 m y denominado en el pueblo Salto La Luz) que era aprovechado para generar luz cuando había apagones en el suministro normal. Al recordar esto he pedido información sobre su situación actual, pero no he obtenido todavía respuesta. Sin embargo, lo que he encontrado es que se ha construido un nuevo aprovechamiento de 0.575 MW que acaba de entrar en operación (2014) y que dista unos 3 km del anterior.
Por el sur del pueblo pasa el Canal Imperial de Aragón y por el norte el rio Ebro. La diferencia de alturas canal-río es de unos 22 m y el espacio entre ambos esta surcado por numerosas acequias para el regadío. El nuevo aprovechamiento consiste en una de las salidas del Canal a una de estas acequias que discurre paralela a otro río llamado Jalón.
Héctor Abós