COMUNICACIÓN Y PRESENTACIONES EFICACES
Las presentaciones eficaces no ha sido sólo una materia en la que nos explicaran cómo estructurar una presentación y cómo transmitir nuestras ideas de forma organizada. Este curso a mí parecer, ha resultado ser una herramienta de conocimiento personal.
Hasta ahora, cuando me enfrentaba a la ya complicada labor de preparar una presentación y de intentar transmitir ideas de la mejor forma posible, no había caído en la cuenta de otros aspectos muy importantes: ¿Cómo puedo captar la atención?, ¿Cómo interactúo con el público?, ¿Recordarán lo que les estoy diciendo?, ¿Cómo salgo de ésta…? Gracias a las muchas herramientas que hemos aprendido en clase y al ejercicio práctico con las presentaciones en grupo, he ganado confianza para afrontar situaciones difíciles en una presentación y también en entorno personal y laboral.
Son muchos los consejos y herramientas que no voy a olvidar y que intentaré poner en práctica. En cuanto la parte más técnica, seguramente coincida con muchos de mis compañeros al decir que “menos es más”. Estamos acostumbrados a pasar diapositivas llenas de información, y después de esta experiencia, me he dado cuenta de que para que una presentación sea eficaz, el mensaje debe transmitirlo el presentador, él es el protagonista y quien debe conectar con el público, los medios visuales deben ser un soporte y no un escudo.
Otra aspecto que me gustaría resaltar, y que yo misma experimenté durante la presentación, son los nervios; esa sensación de miedo que inevitablemente todos sentimos ante la idea de ser el centro de atención y de poder equivocarnos en público. Creemos que estamos dando una imagen mucho peor de la que damos en realidad y eso nos hace ponernos todavía más nerviosos. Con el tiempo y la experiencia, esos nervios pueden disminuir pero probablemente nunca desaparezcan, por ello creo que me serán de gran utilidad estos dos consejos que recibí después de la presentación:
1.-Ante una situación de bloqueo, enviar una pregunta al público, de forma que nos dé tiempo a calmarnos.
2.-Hacer un break de lo que estamos hablando y contar alguna anécdota, para así retomar la atención del público y tranquilizarnos nosotros.
Siempre he creído que hay personas que tienen mucha facilidad para comunicar, y otras, que “nos las arreglamos como podemos”, pero después de esta experiencia, si sabemos autoevaluarnos y aplicamos algunos de los trucos aprendidos seguramente ganemos confianza y destreza, aunque por supuesto, lo más importante será PRACTICAR, PRACTICAR Y PRACTICAR.