La huella ecológica
¿Habéis calculado alguna vez vuestra huella ecológica? Un buen día se me ocurrió hacerlo cuando me encontré con el dilema de elegir entre una toallita de papel o el típico secador de convección en el aseo de un restaurante. Mi primera idea fue que el secador tendría un impacto menor porque no hacía falta matar a un árbol, pero no satisfecho con mi deducción, al volver a la mesa con mis amigos (también ingenieros) se lo pregunté a ellos.
El debate que siguió no nos ayudó a encontrar la respuesta, surgieron múltiples frentes como el de los árboles muertos, el transporte, las minas para extraer los materiales del secador, el reciclaje, que normalmente el dispensador de papel está vacío, etc. Al final tuvimos que recurrir a Google, en internet encontramos un artículo precisamente sobre este tema y salía perdiendo, ¿sabéis cuál? La toallita de papel…
En cualquier caso, como he adelantado, este debate me llevó a querer calcular mi huella ecológica. Todo lo que utilizamos y comemos requiere tal cantidad de energía hasta que llega a nuestras manos, ojos, oídos y estómagos, que perdemos por completo la perspectiva del coste real o ecológico de los bienes.
Así que busqué una calculadora y encontré de dos tipos, las que miden las emisiones en metros cúbicos de CO2 equivalente y las que lo hacen en hectáreas globales. Aunque las dos medidas son igual de interesantes, me parece más intuitivo medir una huella usando una unidad de superficie. Por tanto os invito a que utilicéis el siguiente enlace para calcular vuestra huella:
http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/page/calculators/
Como no da opción a usar España, por similaridad utilicé Italia. Me ha salido que si todos los habitantes del planeta llevasen mi ritmo de vida, necesitaríamos 3,4 planetas para mantenernos… Algo no encaja.
Afortunadamente, temas como la sostenibilidad y el calentamiento global se están poniendo desde hace tiempo sobre la mesa. Los ciudadanos nos estamos concienciado y poco a poco tomamos las medidas que consideramos más adecuadas para reducir nuestra huella. Ahora “sólo” falta que los gobiernos trasladen al coste de fabricar los productos el impacto ecológico de no producir de forma sostenible.
¿Cómo? Ésta es una buena pregunta. Para empezar, una escala similar a la utilizada para mostrar la eficiencia energética en los electrodomésticos, sería un buen método para ayudarnos a la gente de a pie cuando vamos a la compra.
Tengo la sensación de que con este tema no he hecho más que abrir la caja de Pandora. Aprovecho para incluir un rayo de esperanza, se trata de un artículo que echó por tierra una idea preconcebida que tenía de China. Pensaba que su crecimiento era el más insostenible de todos los países y sin embargo descubrí que invierten 9 mil millones de dólares al mes en energías renovables, más que Estados Unidos. No voy a entrar a analizar el ratio de inversión por habitante, pero no deja de ser un dato significativo.
Moraleja: secaros las manos en los pantalones y habréis reducido vuestra huella ecológica…