Reflexión Precurso de Operaciones

  1. ¿Cuáles son las evidencias de los mencionados imperativos del mercado?

 

Los cambios y demandas sociales son cada vez mayores en número, consecuencia de las nuevas tecnologías y de la reducción de
costes de transporte y comunicación, lo que ha propiciado la desaparición de mercados localizados con criterios geográficos y la competitividad a nivel global.

Las economías emergentes, como China e India, han sido capaces de reducir las diferencias con las economías con más alto nivel de desarrollo. Este acercamiento tiene dos consecuencias, por un lado el número de clientes ha crecido y por otro el número de competidores también lo ha hecho. En este escenario se abren mayores oportunidades, a la vez que crecen las amenazas.

Que la demanda de los mercados es cambiante se pone de manifiesto en los mercados tecnológicos, donde la obsolescencia de los equipos sigue un ritmo frenético, que propicia que el bien recién adquirido se vea superado, en ocasiones casi de inmediato, por otro de mayores capacidades y con un precio inferior.

La percepción que tiene el cliente sobre la flexibilidad de la empresa, para dar respuesta a sus necesidades en un entorno en continuo avance, constituye un factor competitivo, tanto más cuanto más dinámico es el sector en el que opera, todo ello sin olvidar el coste y la calidad del producto o servicio.

El establecimiento de estrategias empresariales enfocadas a la mejora de la competitividad, en un entorno global y cambiante, adelantándose o siendo precursoras del cambio, son la garantía de la subsistencia y del éxito empresarial futuro.

 

 

2. ¿Cómo las empresas están organizando su cadena de suministro y sus operaciones para responder ante estos retos?

En el entorno en el que nos encontramos el énfasis hay que ponerlo en la identificación de factores que nos hagan percibir
cambios, hay que tener una actitud abierta ante ellos e integrarlos con rapidez, abandonando objetivos cortoplacistas. Hay que ubicarse en las fases del ciclo de vida del producto iniciales (introducción y crecimiento) y no llegar tarde, cuando se encuentra en fase de maduración, permaneciendo incluso en la de declive.

Para poder actuar de esta forma toda la compañía ha de tener integrados una serie de valores corporativos que propicien
este comportamiento.

– La innovación como fortaleza de la organización.

– La ética empresarial.

– La Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

– Capacidad de los administradores hacia la incertidumbre.

La innovación permite a las organizaciones tener ventaja competitiva. Ser innovadores permite introducirse en el mercado
antes que el resto de competidores. La intuición se convierte en una herramienta básica de las empresas de éxito, detectando que es lo que genera valor para el cliente y conseguir así su lealtad (a corto plazo), siempre que el resto de las dimensiones de la competencia (coste, credibilidad, calidad y servicio) no estén desequilibradas.

El concepto de generación de valor para el cliente tiene dos dimensiones.

– El valor tangible.

– El valor intangible.

El valor tangible está directamente relacionado con el beneficio material o satisfacción inmediata que disponer del bien o servicio supone para el cliente. El valor intangible es difícilmente cuantificable, pero se alinea con los principios y creencias profundas del cliente, siendo capaz de generar la fidelización del mismo.

La ética empresarial, la RSC y el respeto al medio ambiente (sostenibilidad), son valores intangibles que cada vez más forman
parte de los idearios de las empresas. Además se está demostrando que actuar guiados por estos principios, puede terminar por generar una fortaleza competitiva tangible, cuando el desarrollo normativo fomenta este tipo de prácticas.

Ninguna dimensión de la competencia, dentro de las operaciones, es más importante que otra, cobran más o menos protagonismo en función de la fase en la que nos encontremos en el ciclo de vida de los productos y servicios.

El ideario de la organización, a través de la visión, misión y su política, además de la identificación con las mismas por parte de las diferentes áreas funcionales de las compañías, juegan un papel decisivo en la perdurabilidad de la misma.

La percepción de los cambios, la aceptación y comprensión de los mismos, logrando incluso anticiparse, son fundamentales para obtener ventajas competitivas y conseguir el éxito empresarial generando valor para la sociedad en su conjunto, como fin último.


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