VUELVA USTED MAÑANA
Con esta noticia, me viene a la mente aquellos años de bonanza laboral en los que los proyectos estaban en Venezuela, Costa Rica, Panamá, Cuba…. Ahora sin embargo, están en Argelia, Marruecos ó Siberia, siendo destinos, ummm como decirlo, menos agraciados
Recuerdo con especial cariño los 6 meses en Cuba (y no por lo que seguro te ha venido a la mente).El poder conocer a la gente, vivir entre ellos, compartir sus peculiares vidas es una experiencia que no se olvida, ni quiero. Porque Cuba no es sólo playa, jevas, puros y HH.Castro, es retroceder varios siglos atrás en un escenario tristemente acondicionado, y eso, no se ve en un combinado 9 días 7 noches de los cuales parte los pasas en un espectacular complejo a orilla de las cálidas y cristalinas aguas del mar Caribe.
El primer proyecto estaba en Managua, localidad chiquita cerca de La Habana. Se trataba de una fábrica de ladrillos con la que el estado construiría viviendas decentes para el pueblo, ya que , la mayoría, son barracones a medio acabar hechos de remiendos. Ya desde el primer día noté que la idea que ellos tienen del trabajo, difería bastante con la que aquí tenemos. El primer mes se hizo largo, interminable, tedioso. No podía comprender que hubiese 50 personas en la fábrica “trabajando” cuando aquí con 7-8 basta. Era entrar por la mañana y ya estar de mal humor viendo a todos sentados en el suelo hablando o durmiendo y todas las máquinas paradas. Y cuando conseguíamos mover a la tropa y arrancar, zas, la luz se iba, faltaba agua o simplemente eran las 12 del mediodía y había que ir a engañar al estómago porque a un vaso de agua con azúcar y un trozo de tocino rancio no creo que se le pueda llamar comer. Si se rompía alguna pieza y no había repuesto, 3 días esperando. Pero si había de repuesto….4 días rellenado impresos, solicitudes, firmas y firmas y firmas…. La ley de Murphy extendía su manto de forma implacable día tras día. Y allí estábamos sin hacer nada, 10 horas al día, 6 días a la semana. Los pensamientos fluían cual torrente de agua pasa arrasando todo a su paso cuando el río se desborda.
Todas las tardes, a la misma hora, se presentaba el delegado del Partido Comunista a ver que tal iban los trabajos. Después de conversar unos minutos, en los que “La Revolusión” era el tema principal junto con el omnipresente Fidel, se despedía diciendo: “ no se preocupe compadre, vuelva usted mañana”.
Sentí como si una losa cayera encima de mis espaldas dejándome a la altura de las roídas zapatillas de aquel hombrecillo (quizás esa sea la causa de la hernia que ahora me atormenta).
Pero todo eso…..es otra historia.