Algunas claves en la gestión de recursos humanos

En la empresa ideal…

Puedo conversar frecuentemente con el Gerente General y con cualquier otro gerente o jefe, tanto con respecto a preguntas, reclamos o propuestas, como para obtener mayor conocimiento de un tema.

Existe un departamento de RRHH donde la empatía es un valor presente en todo el equipo. Ellos saben quién soy, más allá del cargo, saben cuáles son mis competencias, mis fortalezas y debilidades, y estamos construyendo un plan de desarrollo acorde a ellas, acorde también a la estrategia y necesidades de la compañía y a mis metas.

El equipo de RRHH participa directamente en las decisiones de la estrategia de la compañía, en donde cumple un rol de facilitador en términos de las contribuciones que los colaboradores podemos hacer a la empresa, y a las necesidades que tenemos.

Conozco bien los valores de la compañía, expresados en directrices que no sólo leemos, sino reconocemos en las diferentes decisiones y estrategias existentes. Quizás no esté de acuerdo con todos los valores, pero potencio aquellos con los que me identifico, y aquellos con los que no me identifico tanto pero que reconozco como importantes.

Siento que estoy en una compañía innovadora, con canales de comunicación abiertos y bidireccionales. Me siento comprometida con las metas que tenemos y a gusto con las personas con quienes trabajo.

Estoy contenta y concentrada en mi trabajo durante mi jornada laboral, porque cerré mis temas personales pendientes en mi horario de libre, y si no lo terminé, tengo permitida la suficiente flexibilidad para no dejar cosas arrastrando que tengan mi cabeza en otra parte.

Se hacia donde voy, se lo que esperan de mi y, por tanto, he definido que espero yo de mi misma.

Y… ¿cómo hacer para que esto sea realidad?

No siendo experta ni mucho menos en el tema de Recursos Humanos, tengo una aproximación a esta gestión, basada en lo aprendido en el módulo y en mi experiencia personal.

Primero, definir la cultura y valores de la compañía, y plasmarlos en competencias y directrices tangibles.

Segundo, esto se debe comunicar a toda la compañía, y buscar la identificación de todos los colaboradores con ellos. Los colaboradores deben sentirse siempre parte de la empresa, participando en la construcción de la estrategia de su área, gerencia y/o global. Nuestra voz debe sentirse en los cambios que puedan darse a través del tiempo (sentir que fue útil elevar una propuesta en la reunión mensual, escribir un correo a RRHH o explayarse en las líneas de “comentarios y sugerencias” de las encuestas periódicas.

El departamento de Recursos Humanos debe estar involucrado permanentemente en la estrategia de la compañía, para que pueda guiar y apoyar a los colaboradores – en sus distintos niveles – a gestionar sus roles dentro de la empresa de la mejor manera, tanto para los logros de las metas empresariales como para permitir la identificación que mencioné líneas arriba. Pero la relación con los colaboradores parte desde antes de su reclutamiento, definiendo apropiadamente el perfil de la persona a contratar, tanto a nivel de conocimientos y competencias profesionales, como competencias y habilidades personales, por ejemplo, de trabajo en equipo, liderazgo, colaboración, asertividad, etc. Teniendo bien definido este perfil, el proceso de selección será más sencillo, pero siempre muy importante para evaluar de manera integral a la persona, sabiendo que este nuevo integrante puede aportar positiva o negativamente en los resultados de la compañía, tanto directamente mediante sus resultados de trabajo como en el clima laboral que pueda contribuir a fortalecer o dañar.

Parte muy importante del proceso de mejora de los recursos humanos y de gestión del talento es la tarea que realizan los líderes. De acuerdo a Great Place to Work la visión del líder en un “excelente lugar para trabajar”, se determina por tres factores principales: lograr los objetivos de la organización, lograr que las personas den lo mejor de sí y trabajar en equipo/familia, en un ambiente de confianza.

Esta institución le da un lugar primordial a la confianza que las personas en una organización deben sentir hacia los demás, y especialmente, hacia sus jefes, para mantener un buen ambiente de trabajo. Esto me hace recordar una característica que hemos estado viendo, que es la credibilidad que los líderes deben lograr obtener del resto, pues de lo contrario pueden tener gente que los sigue pero no estarán realmente fidelizados a los valores de este liderazgo.

Por último, creo que es de lo más importante mantener la brújula de manera permanente, con la suficiente flexibilidad para adaptarnos a los cambios, pero también la suficiente rigidez para hacer prevalecer los valores base del quehacer de la compañía y de sus miembros.


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