Papel del Directivo en la Creación de Valor para el Accionista
El papel de cualquier directivo es el de aquel que inspira a los demás a seguirle, motivados por el ánimo, optimismo e interés que el líder pone en lo que hace. Sin tener que dar ordenes que más que mantener la armonía en un centro de trabajo crea un ambiente hostil. El directivo debe hacer que sus colaboradores se sientan comprometidos al máximo y es que las personas son convencidas por la razón pero se motivan por la emoción. Es necesario que las empresas establezcan una conexión con los valores que son importantes y que motivan a las personas, ya sean colaboradores, clientes, proveedores, accionistas u otros grupos de interés.
Es fundamental que las compañías sepan enfocar todas sus energías en aquellos pocos aspectos que realmente marcan la diferencia en su negocio para convertirlos en una destacada aportación de valor de la empresa respecto a su mercado.
El directivo de una empresa tiene un compromiso la toma de decisión claves para lograr el pleno desarrollo de las riquezas de la empresa, evitar la destrucción de la misma y ayudar a la creación de valor para el accionista.
La creación de valor para los accionistas es uno de los principales pilares del día a día de las empresas. Saber de qué depende y conocer cuáles son las empresas que mejores resultados proporcionan puede conseguirse mediante el uso de la métrica conocida por Creación de Valor para el Accionista (CVA), un ecuación compuesta por el aumento del valor de los accionistas (AVA), la capitalización bursátil inicial (CI) y el coste de los recursos propios (Ke).
En la teoría financiera moderna creación de valor para los accionistas es la capacidad de la empresa para generar rentas o beneficios en virtud de lo cual se esta dispuesto a pagar por su posesión. Para llegar a la creación de valor para los accionistas es preciso definir antes el aumento de la capitalización bursátil, aumento del valor para los accionistas, la rentabilidad para los accionistas y la rentabilidad exigida a las acciones.
Podemos decir que el aumento del valor para los accionistas es la diferencia entre la riqueza que poseen a final de un año y la que poseían el año anterior, debemos de considerar que el aumento de la capitalización de las acciones no es el aumento del valor para los accionistas.
El aumento del valor para los accionistas se calcula del siguiente modo:
Aumento del valor para los accionistas =
= Aumento de la capitalización de las acciones
+ Dividendos pagados en el año –
– Desembolsos por ampliaciones de capital +
+ Otros pagos a los accionistas (reducciones de nominal, amortización de acciones….)
– Conversión de obligaciones convertibles
Pero el aumento del valor para los accionistas tampoco es la creación de valor para los mismos, para que se produzca creación de valor en un periodo es preciso que la rentabilidad para los accionistas sea superior a la rentabilidad exigida a las acciones. La rentabilidad para el accionista es el aumento del valor para los accionistas en un ano, dividido por la capitalización al inicio de año.
Una empresa crea valor para los accionistas cuando la rentabilidad para los accionistas supera el coste de las acciones (la rentabilidad exigida a la misma). Dicho de otro modo una empresa crea valor en un año cuando se comporta mejor que las expectativas.
Uno de los objetivos corporativos más frecuentemente señalado por todas las empresas es el de crear valor para sus accionistas. Sabemos que para conseguir este objetivo en una empresa hay que asegurar una coordinación entre las políticas financieras básicas: de inversión, de financiación y de retribución al capital.