Diferencias de género en los puestos de muy alta cualificación
El aumento en los últimos veinte años del nivel educativo de la población española, en general, y de las mujeres, en particular, ha sido muy importante: la población que ha finalizado estudios universitarios ha pasado de los 2,3 a los 9 millones entre 1989 y 2009. De esos 9 millones, 4,6 millones son mujeres (el 51%). Actualmente, el 60% de los/as egresados/as universitarios/as del último año son mujeres.
La ganancia de cualificación de la población y del empleo en España, especialmente del femenino, es, por tanto, un proceso envergadura que ha tenido importantes implicaciones en el crecimiento económico y en la transformación social de las últimas décadas. Sin embargo, es aún un proceso poco analizado y menos aún desde la perspectiva de género.
La importancia del estudio, “Trayectorias laborales de las Mujeres que ocupan puestos de Alta Cualificación” recientemente publicado por la Secretaria de Estado de Igualdad y Cámaras de Comercio, y realizado por Abay Analistas, radica en su contribución a la reducción de ese déficit de conocimiento, ya que aporta resultados detallados sobre la presencia y posición de las mujeres españolas en los puestos de muy alta cualificación (alta dirección y aquéllos que exigen estudios universitarios de segundo y tercer grado para ocuparlos); sobre sus perfiles sociolaborales y sobre sus trayectorias laborales.
Esta investigación se apoya en la Muestra Continua de Vidas Laborales, una importante y relativamente novedosa fuente estadística, y ha analizado las trayectorias laborales de 32.690 personas que ocupan puestos de muy alta cualificación, de las cuales 13.802 (42,2%) son mujeres.
Las principales conclusiones de la investigación muestran un escenario en el que se ha producido un importante avance en la presencia de las mujeres en el empleo de alta cualificación, que ha alcanzado ya una masa crítica (del 43,3%) y se espera que, a medio plazo, se aproxime al 50%.
Los perfiles estadísticos de hombres y mujeres de muy alta cualificación no tampoco son muy dispares en España. Las características personales son muy similares (edad entre 35 y 44 años y cónyuge con empleo remunerado) y también las condiciones de trabajo (jornada completa y con un contrato indefinido en una empresa consolidada y de gran tamaño). Las diferencias más significativas están en los salarios: la brecha salarial media se sitúa en el 31,8% (diferencia entre el salario medio de los hombres y las mujeres en puestos de muy alta cualificación y a jornada a tiempo completo).
En cuanto a sus trayectorias laborales, los datos confirman que su rasgo más específico es la alta estabilidad de las mismas: el 67,8% de los varones y el 63,0% de las mujeres no ha abandonado el empleo de alta cualificación desde que accedió a este tipo de puestos de trabajo
Pero, de nuevo, las diferencias de género son desfavorables para las mujeres: sus experiencias de empleo son más discontinuas, con mayor probabilidad de causar una baja en la afiliación a la Seguridad Social y de que estos episodios sean de carácter involuntario, es decir, debidos al despido o al agotamiento de la prestación contributiva.
Pero quizás una de las principales aportaciones de este trabajo se centre en el análisis de las trayectorias laborales de las mujeres entre 35 y 44 años. Los rasgos específicos, y desfavorables, de las trayectorias laborales de las mujeres que ocupan puestos de alta cualificación se agudizan en el caso de las mujeres de entre 35 y 44 años. Este intervalo de edad, en el que la mayoría de las mujeres se inician en la maternidad y disfrutan de la crianza de sus hijos/as, se penaliza por el mercado de trabajo. Este hecho se refleja claramente en las trayectorias de estas mujeres que son mucho más inestables (con un mayor número de episodios de desempleo e inactividad) que las de sus compañeros varones. Además, otro resultado interesante es que se penaliza la mera posibilidad de tener hijos/as ya que la inestabilidad afecta de manera muy similar a las mujeres de este tramo de edad con y sin hijos/as.
Por tanto, los resultados de este estudio nos llevan a reflexionar sobre los avances conseguidos y sobre los retos y prioridades en relación con el tema analizado. Sin duda, las mujeres ya estamos en los puestos de muy alta cualificación, pero nuestros salarios siguen presentando diferencias significativas con las de nuestros compañeros varones y, sobre todo, se nos penaliza por ser madres, o por la mera posibilidad de serlo. Y estos dos últimos resultados no sólo son inadmisibles desde el punto de vista de la igualdad de género sino que carecen de racionalidad económica en un escenario sociodemográfico como el español, donde concurren tasas de natalidad de las más bajas del mundo, un envejecimiento acelerado y una feminización creciente del empleo de alta cualificación.
Profesora de EOI y Socia consultora de Abay Analistas Económicos