EOI Abroad en Shanghai. Primeras experiencias

shanghaiCon las horas todavía cambiadas del vuelo, el estómago adaptándose a los nuevos sabores, los ojos debatiéndose entre ese cansancio lógico y la disposición para ver y sentir China, nuestro grupo de exploradores de esta nueva cultura viven con el corazón acelerado y la boca entreabierta por las numerosas sorpresas que el “lejano oriente” ofrece.

Aprender de estos contrastes, de una identidad milenaria, de esta potencia económica, de una realidad tan distante de la de nuestros programas, alimenta tanto el espíritu como la vocación de estos futuros profesionales. Es una suerte poder compartir con ellos estos momentos.

Ahora mismo se encuentran en clase con el Profesor Lu, quien les ha dicho que en China deben olvidar sus estructuras mentales. Es necesario para poder comprender y aprovechar esta oportunidad, superar las interesadas fuentes de información a las que estamos acostumbrados y acceder a la realidad asiática con sus propias manos. No podemos medir, y mucho menos juzgar, lo que vemos, con los limitados parámetros occidentales. Debemos superar nuestros modelos para vislumbrar las razones que justifican el desarrollo de esta gigantesca y compleja civilización. Conocer su pasado, analizar su presente y compartir su futuro, son las claves de este viaje puesto que ellos, los chinos y quizás ya también todos nosotros, tenemos claro que su apertura al mundo no es sino el inicio de un camino sin retorno. Más allá de mensajes estereotipados y clichés de los que desgraciadamente estamos empapados, nos encontramos en un país “comunista”, que se encuentra en la fase primera del socialismo, y que sin embargo construye rascacielos como rosquillas y se ha convertido en el principal centro de producción para el mundo “capitalista”.

No hay debate actualmente sobre la homosexualidad, o lo que está ocurriendo en los países árabes. Las redes sociales están cortadas o controladas. Facebook o youtube no son accesibles. Prima el desarrollo del Estado y no es posible perder el tiempo con “distracciones”, ni individualidades. No hay debate que valga. Se crece, se saca a la gente de la pobreza, se superan objetivos, se incremente la clase media, y se continúan superando obstáculos históricos que han permitido adelantar por la izquierda a Japón como potencia económica. CHINA, tras su espectacular presentación al mundo con los juegos olímpicos y la EXPO de Shanghai (cuyo Pabellón más emblemático visitamos ayer), pero sobre todo con el importante – y bien aprovechado – impacto interno para fundamentar el modelo en todo el territorio nacional,  ha aprovechado la coyuntura de moda internacional – y el bien ejecutado marketing oficial  interno – para que nadie discuta las decisiones oficiales de quien ya se sienta “face to face” con Obama y al que todos los países respetan como es debido.

Para muchos de nuestros acompañantes un par de días han sido suficientes para abrir sus mentes a esta realidad. Empresas públicas, Derechos humanos, lenguas, valores, diversidad cultural, son conceptos aprehendidos que han sido puestos en cuarentena  durante dos semanas para analizar con ojos chinos esta realidad que se nos ofrece y en la que el todopoderoso Estado, y el partido comunista, justifican en el bien común una serie de complejas políticas con un impacto económico, social y cultural que estamos percibiendo en cada una de nuestras actividades. Aquí, en una mera dirección postal, se parte de lo global para finalmente llegar a lo particular, al contrario que ocurre en occidente. Primero el país, luego la región, la ciudad, la dirección, la institución y finalmente el individuo.

El modelo colectivo, la Gran Nación China, el sueño de Mao, está siendo descubierto por estos futuros profesionales que la EOI quiere capacitar para afrontar los nuevos retos reales y virtuales,  locales y globales, y que requieren de capacidades que solo pueden adquirirse “in situ”, compartiendo con quienes generosamente nos muestran desde lo académico, lo empresarial, y lo social, este interesante lugar.

Compartir tantas horas en clase, y ahora incluso muchas más en las redes sociales, aporta mucho conocimiento, pero se agradece – y complementa perfectamente lo anterior – la oportunidad de sumergirse de forma conjunta, en este mundo tan diferente al nuestro, constituyendo indudablemente una de las ofertas mas interesantes de la EOI, tanto por lo que implica en el fortalecimiento de sus programas y grupos de personas, como en realización de hacer una Escuela Global, más allá de nuestra notable presencia virtual.

Rocío Acantara, Formación EOI

Jesus Bores Lazo, Profesor EOI


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