La necesidad de ampliar la política dirigida a las mujeres empresarias españolas
El perfil de las mujeres empresarias españolas
Las mujeres empresarias no constituyen una realidad homogénea ni en cuanto a sus perfiles personales y motivaciones para emprender ni en relación con las características de sus empleos y empresas. Por tanto, no se puede hablar de un único perfil de empresaria sino de varios. Los dos perfiles más representativos son el de las trabajadoras independientes y el de las empleadoras. Las primeras son las más numerosas; emprenden en gran medida por necesidad, principalmente en el comercio, la hostelería u otras actividades de servicios personales; trabajan un importante número de horas; y desarrollan su negocio bajo un “modelo de autoempleo” que limita el alcance del mismo (ver «Las mujeres empresarias en la Economía Española», disponible aquí.) Las empleadoras son las empresarias más jóvenes y mejor formadas, emprenden mayoritariamente por oportunidad, y dirigen sus negocios bajo un “modelo empresarial”. La evolución de las distintas categorías de empresarias en los últimos años confirma el fuerte avance de las empleadoras en el empresariado español.
La incorporación de un nuevo perfil de mujeres -más jóvenes y con un alto nivel de formación- que ubica sus empresas en actividades de servicios a las empresas ha provocado que esta rama sea ya una de las principales actividades típicas, tras el comercio y la hostelería, de las empresas de mujeres. Las características propias de esta rama (alto valor añadido, alta rentabilidad, alta cualificación del empleo y altos salarios) son un claro indicador de la importante transformación que está experimentando el empresariado femenino español.
Visión crítica de los programas de apoyo a las mujeres emprendedoras y empresarias
Las políticas y programas de apoyo a las mujeres emprendedoras y empresarias que se están desarrollando desde distintas instituciones públicas y privadas han aumentado notablemente en los últimos años y se pueden agrupar en torno a cuatro ejes:
- Asesoramiento
- Formación
- Financiación
- Subvenciones
Sin embargo, a nuestro juicio, la mayoría de estos programas se apoyan en un marco teórico más propio de la década pasada (centrado solamente en el perfil de trabajadoras independientes) que de nuestros días, en el que las mujeres emprendían “por necesidad”, buscando el autoempleo. Este enfoque debe superarse lo antes posible por dos motivos principales:
- En él no tienen cabida las jóvenes emprendedoras, cada vez más numerosas, que emprenden por oportunidad y tienen un modelo empresarial similar al de referencia.
- Es un enfoque que refuerza el modelo de autoempleo en vez de contribuir a superarlo, ya que se apoya en:
- La concesión de subvenciones y microcréditos de pequeña cuantía que es insuficiente para proyectos de cierta envergadura y proyección a medio plazo.
- Un asesoramiento limitado, principalmente, a la fase de emprendimiento y con una clara orientación a las actividades tradicionales de las mujeres empresarias (comercio, hostelería, servicios personales,…). Se observa una importante carencia de asesoramiento de calidad en temas financieros o de internacionalización a proyectos que podrían iniciar su expansión.
- Una formación que se circunscribe básicamente a aspectos administrativos o fiscales y que, rara vez, aborda la formación financiera o el desarrollo de competencias directivas, tan necesarias para consolidar y hacer crecer los proyectos.
Las actuaciones específicas que se vienen realizando deben completarse con otras dirigidas a los nuevos perfiles de empresarias, especialmente centradas en tres líneas:
- Favorecer la presencia de empresas de mujeres en la financiación pública dirigida a empresas. Las actuaciones en este punto deben apoyarse en un análisis previo que permita conocer la presencia actual de empresas de mujeres en los Programas de apoyo público a la financiación de empresas, especialmente en los programas no específicos para mujeres (Préstamos ICO, Préstamos de las agencias de desarrollo regionales, Préstamos tecnológicos, etc.) y de financiación no bancaria (Préstamos participativos, Capital-riesgo público, Programas de business angels, etc.)
- Favorecer la internacionalización de las empresas de mujeres. Como punto de partida, debe realizarse un análisis que permita conocer la presencia de empresas de mujeres en los programas públicos de apoyo a la internacionalización de empresas, así como los principales obstáculos que encuentran tanto en el propio proceso de internacionalización como en el acceso a estos programas. El diagnóstico resultante permitiría el diseño de un Plan de apoyo a la internacionalización de empresas de mujeres.
- Apoyar la presencia de empresas de mujeres en los mercados de compras públicas mediante información sobre las oportunidades de negocio asociadas a dichos mercados y sobre los procedimientos de licitación. Inicialmente debe abordarse un análisis sobre la presencia de las empresas de mujeres en dichos mercados y sobre los principales frenos que limitan su entrada.
Nuria Guillo, Abayanalistas
Maribel Martínez, Profesora EOI y Abayanalistas