Producción y diseño: términos de un cambio creíble

fabwall

La producción de objetos está cambiando. Están apareciendo máquinas de bajo coste que permiten fabricar localmente objetos industriales.

La Rep Rap, creada por Adrian Bowyer, impresora 3D totalmente libre es significativa de la explosión de los límites encarnada por la accesibilidad económica, jurídica y a nivel de conocimiento: Costando sólo 200 dólares,  la Rep Rap es capaz de autogenerarse y está bajo licencia libre. Además, se ha constituido a su alrededor una librería libre de planos en 3D.

Se han instalado y se están extrapolando en el campo de la producción, lógicas participativas que obran en Internet. La propuesta de la agencia NoDesign procede de una visión humanista donde el diseño abierto a los clientes permitió salvar la última fábrica francesa de papel pintado. Dentro del marco de la convocatoria WallpaperLab, los diseñadores han creado FabWall, una plataforma digital accesible en Internet, desde la cual los clientes pueden crear ellos mismos el diseño de su papel pintado, producido en la fábrica.

Los Fab Labs – laboratorios de fabricación – nacen como espacios locales de producción abiertos a la sociedad cuya misión es transmitir a cada usuario los conocimientos necesarios para la fabricación de un objeto.

De este modo, después del cuestionamiento inicial del capitalismo industrial por la producción digital y la afirmación de su modelo como capitalismo cognitivo, es el turno ahora, según toda lógica, de la producción física de objeto industrial, que como su nombre indica es el fundamento del capitalismo industrial, de verse transformada bajo la presión de las invenciones del capitalismo cognitivo.

1/ Diseño/producción

A través de esos tres ejemplos, el proceso de producción se abre: ya sea el diseño y la producción en el caso de la Rep Rap, según el modelo de la producción social donde el conjunto de lo que se crea es libre y redistribuido en la comunidad; o ya sea el diseño en el caso de FabWall – podemos emitir la hipótesis de que el “cierre” de la producción aquí proviene sencillamente de la imposibilidad técnica actual de abrirlo, en otros términos, que no existe ninguna máquina equivalente a la Rep Rap para imprimir papel pintado – donde el papel del diseñador es de proveer herramientas e infraestructura al cliente. Sobre ello, es importante subrayar el desplazamiento en los dos casos de la figura del creador. En estos términos, crear reside en la puesta en marcha, consolidación y mantenimiento de una infraestructura que contenga todas las transformaciones permitidas, a la cual se accede de forma gratuita o de pago según los objetivos de cada proyecto y su modelo de negocio.

2/ El objeto

El objeto creado está individualizado y puede ser único, sin que su coste aumente. Este tipo de producción retoma e inserta en la esfera de la producción física la lógica de abundancia que la producción digital ha hecho emerger, rompiendo la relación entre carencia artificial y precio.

3/ Localización y territorio

En el caso de la experiencia FabWall, la innovación permitió evitar el cierre o la deslocalización de la última fábrica de papel pintado en Francia. La innovación en este caso como en muchos, es un factor que permite a las economías industriales territoriales de recrear riqueza. Pero las máquinas de tipo Rep Rap y la creación e implantación de Fab Labs en el mundo entero empiezan a tener consecuencias en el territorio, ya que así se crean células locales de producción. Si la adquisición individual de una impresora 3D queda siendo escasa de momento, podemos imaginar sin dificultad la instauración de Fab Labs a escala de barrio que podrían ser plataformas locales de producción. A raíz de esto, podemos imaginar también la transformación general de la ecología mercantil, tanto desde el punto de vista de los servicios ofrecidos, de los objetos comprados como de las relaciones establecidas. No es imposible imaginar que el Fab Lab de una calle produzca los objetos que diferentes comerciantes/creadores de esta misma calle hayan diseñado, o que sea el lugar de exposición de los objetos accesibles en esta calle, o una central de petición de clientes cuyos productos se elaborarían en colaboración con los comerciantes/creadores de la calle en cuestión… o que los propios clientes vengan al Fab Lab de su barrio para producir los diseños elaborados en la otra punta del mundo que hubieran adquirido vía Internet…

En suma, la fabricación se vuelve de nuevo local sin perder sus cualidades industriales.

4/ Intervención y papel del consumidor

La apertura del proceso de producción y de diseño permite al consumidor cambiar de papel y participar más en la elaboración del objeto que desea. La apertura total tanto de la producción como del diseño, en el caso de la Rep Rap, permite una completa reapropriación de la fabricación industrial y viene perturbar definitivamente los papeles de profesional/no profesional, creador/consumidor. Además, la intervención singular, según las personas y el proyecto, en cualquiera de las etapas del proceso de producción trastorna la visión lineal del proceso y puede movilizar a las múltiples y verdaderas identidades del consumidor en diferentes tiempos del proceso. El consumidor deja de ser la proyección aparatada y siempre falsa del profesional, para ser un “yo” real y creador.

La emergencia de una producción descentralizada e individualizada es un fenómeno interesante que puede llegar a marcar el panorama de la producción física futura y tener consecuencias sociales y territoriales fuertes. Sin embargo, su precocidad y sus límites actuales son potentes: residen en la accesibilidad y disponibilidad de las máquinas de fabricación, los límites del recurso individual y de la voluntad colectiva en reapropriarse el poder de fabricar sus propios objetos, y las enclosures que estarán o no establecidas alrededor de la producción y/o del diseño.

Por lo tanto, si este fenómeno constituye efectivamente un escenario creíble para la inversión colectiva en fuerzas e imaginación – lo que parece ser con la multiplicación de Fab Labs por ejemplo –, su realización exige por una parte la contaminación de la lógica de abundancia a la economía de la producción física y, por otra parte, articulaciones singulares adecuadas entre escala territorial y usos y necesidades de grupos de clientes o usuarios, según unas negociaciones generales y estables (normativa legal) o locales y permanentemente renegociadas (colectivos, centros públicos, asociaciones…) entre apropriación social y terreno reservado a la industria.


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