Se buscan nuevos directivos
Eduardo Sicilia Cavanillas, Director del Executive MBA de EOI, habla sobre la necesidad de formar directivos con más valores éticos, creatividad e innovación. Este artículo fue publicado anteriormente en madri+d: http://cort.as/6aj
Había un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El primer día se dirigió al capataz y este le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. En su primer día cortó dieciocho árboles. El capataz le felicitó y le animó a seguir así. El leñador se acostó temprano y acudió el primero a trabajar al día siguiente. Sólo cortó quince árboles. Se preparó y entrenó a fondo y al día siguiente acudió con todas sus ganas a superar su marca, pero sólo cortó nueve árboles. Al día siguiente fueron siete, luego cinco y el último día no cortó ninguno. Inquieto fue a contarle su desdicha al capataz, jurándole que trabajaba hasta la extenuación. El capataz le preguntó: «¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?» El leñador le contestó: «No he tenido tiempo para afilar, he estado demasiado ocupado talando árboles» >>
Sirva este cuento de Jorge Bucay para ilustrar lo que está pasando con muchos Directivos. Esta crisis que estamos atravesando en todo el mundo nos está enseñando muchas cosas, y entre otras, que nuestro modelo de gestión debe evolucionar, debe cambiar. Nos encontramos ahora soplando brasas para sacar adelante muchas empresas, instituciones y pequeñas y medianas empresas. Quizás nuestros directivos han estado demasiado ocupados en el corto plazo y no han afilado como debieran el «hacha» con el que desempeñan su trabajo.
Nos vemos obligados ahora a realizar ese alto en el camino, a repensarnos y reinventarnos como directivos. Tenemos la obligación de desaprender ciertas cosas, de eliminar creencias, y reconstruir un directivo cargado de nuevos valores y nuevas habilidades. Probablemente no sea ahora tan importante la brillantez, se trata de encontrar al directivo que mejor encaje con los valores de la empresa, no el mejor directivo. Simplemente el que haga lo correcto en cada situación. Este nuevo directivo tiene que incorporar más hemisferio derecho, y ceder terreno al hemisferio izquierdo, con el que hemos venido gestionando en general nuestro día a día en las organizaciones. Más emocionalidad, más ética, más creatividad e innovación deben ser los nuevos componentes del nuevo directivo.
Gestionar un proyecto, a un equipo, satisfacer al cliente y al accionista, requiere hacerlo también a través de las emociones, no todo obedece a un racional con el que alcanzar meta tras meta. Hasta el mismísimo Jack Welch, presidente de G.E., icono de los líderes internacionales en los noventa, decía recientemente al ‘Financial Times’ que «dar valor al accionista era una de las ideas mas tontas del mundo», añadiendo que los valores más importantes eran los empleados, los clientes y los productos.
La responsabilidad de este cambio es de todos, con un papel importante en la educación. En estos momentos China, India y Estados Unidos son los países que más invierten en la misma, con un 2,6 por ciento del PIB dedicado en Estados Unidos a la educación, frente al 1,1 por ciento que le dedica Europa, por citar un ejemplo. Pero en esta educación debemos reconsiderar también las prioridades y valores que alentamos. Aquí las Escuelas de Negocios juegan un papel muy significativo, ya que genera modelos de directivo a imitar por parte de los participantes a sus MBA. Y en este sentido deberíamos preguntarnos qué tipo de directivo estamos formando.
Quizás sea el momento de reflexionar si educar a ser el número uno, a ser hipercompetitivo, a ser el mejor, a ganar mucho dinero, debe evolucionar hacia la formación de personas más completas, más preparadas, con una fuerte capacidad de influencia en su entorno, donde los valores morales, de responsabilidad sobre el entorno en el que les ha tocado vivir, la creatividad y emocionalidad, sean los patrones de conducta de estos futuros Directivos que deben guiar nuestras Instituciones.
Como decía recientemente nuestro internacionalmente reconocido deportista Manel Estiarte, es el momento de dejar de ser «figuras», donde todos trabajan para ti, para ser «líderes» con mayúscula, donde tu trabajas para todo el equipo. Particularmente soy optimista, tenemos talento, tenemos Organizaciones punteras en muchos campos, tenemos ganas y energía, y tenemos Escuelas de Negocio con fuerte experiencia y reconocimiento, y además con vocación y visión para entrenar grandes directivos, lo que ha ocurrido es que quizás esta visión de todos estos jugadores que crean valores en el nuevo directivo, en algunos momentos ha estado dirigida hacia el sitio equivocado. Nos toca ahora reorientarla hacia el lugar correcto.
Grandes directivos y grandes organizaciones han nacido en nuestra Historia reciente en momentos como este. Aprovechemos la oportunidad que esta dura situación internacional pone en nuestras manos.