
Actualmente hay un cambio de paradigma social en nuestra forma de consumir. Quedó atrás el adquirir algo para que nos dure el mayor tiempo posible, puesto que, debido a la hiperconectividad, nos han cambiado la mentalidad de pasar de querer ser “dueños” a “usuarios” y “beneficiarios” frente a “propietarios”. Todo ello, nos ha llevado a una nueva economía emergente llamada “Economía de la suscripción”, donde las compañías pasan de vender productos a facilitar servicios. Por otro lado, el mercado del alquiler de viviendas en España, ha incrementado en 10 puntos sólo en los
3 últimos años. Por diversas razones, la sociedad está inmersa en una inestabilidad laboral y económica, falta de ahorro, incertidumbre; así mismo también hay un incipiente deseo de mayor flexibilidad y libertad tras la Covid-19. El 90% de las PYMES de muebles tiene menos de 10 trabajadores y apenas están digitalizadas, siendo una industria que factura millones de euros. Y, por último, y no menos importante, el residuo mobiliario es un problema que está creciendo considerablemente con la nueva tendencia hacia un consumo cada vez más a corto plazo. Sólo en la Comunidad de Madrid, y según datos de “Madrid 360”, se recogen casi 7 millones de kilos anuales de muebles de los puntos limpios.